Siempre Supe, Que No Eras Mío (SouKun)

Cap 13; Joia

El rubio rio levemente al ver el sonrojo del menor. - Ven aca. - le llamo, extendiendo su mano en el proceso con una gran sonrisa.

Akkun le miro algo indeciso por unos segundos, ¿y si a este imbécil se le ocurria hacerle algo?

Chasqueo su lengua para fingir fastidio mientras se acercaba al mayor, quien volvio a reir un poco ante su comportamiento. Ya en frente suyo, el peli-rosa le quedo viendo mientras esperaba a que el rubio le dijese que deseaba.

- ¡Wow! - pero se llevo una gran sorpresa, cuando el contrario lo tomo de la cintura y le forzo a sentarse sobre su regazo o mejor dicho, sobre su miembro. - Y vaya que no es pequeño.

- ¿Que? ¿No puedo abrazarte? - pregunto con inocencia el contrario, restregando su nariz sobre la longitud del cuello contrario.

Nuevamente, las mejillas del adolescente comenzaron a arder. - Si pero.. - su cuerpo se tenso al sentir como el rubio comenzaba a depositar pequeños besos en su cuello.

- ¿Pero..? - urgio South, continuando a dejar caminos de besos por la piel blanca.

- Pero no con tanta confianza ¡'ombre! - exclamo nuevamente, empujando bruscamente la cara del delinquente alejada de su cuello mientras le dedicaba un mirada sombria.

El mayor gruño mientras rodaba los ojos, devolviéndole la misma mirada al peli-rosa. - Eres un crio. - solto un mofido, haciendo que el menor se sintiera ofendido.

- ¿Un crio? ¡¿Un crio?! -alzo la voz algo molesto, tratando de levantarse de su "asiento". - ¡Lo dice el mamarracho que me acosa como si fuera la cosa mas bella del mundo! - le reprocho.

Oh, ahora esto si le llamo la atención al otro.

South sujeto su cintura, impidiéndole la libertad mientras acercaba su rostro al del menor. - ¿Como sabes de eso? - interrogo en voz baja.

- ¡Porque Hanma me lo dijo! - contesto, aun tratando de escabullirse. - ¡Eres un enfermo, asqueroso pedofilo! - trato de herirle el ego mientras algunas lagrimas comenzaban a resbalar por su mejillas, ¿Por qué llora? - Mi vida era normal. - sollozo. - ¡Me alegre de que las pandillas estuvieran en paz! ¡Volvi a ser el chico aburrido de la cuadra! - lo miro, sus ojitos estando rojos de ira. - Pero llegastes tu.. - comenzo a darle en el pecho, sabiendo muy bien que estos golpes no le hacían nada al contrario. - Llegastes tu y me cagastes mas la vida. - volvio a sollozar.

Oh, como la mente joven puede corromperse en tan solo unos segundos.

No se equivoquen, aun le trae ganas a este idiota pero prefiere su paz a que se lo cojan para luego ser botado como una muñeca de trapo.

Las lagrimas aun continuaban resbalando descontroladamente por sus mejillas mientras ahora dejaba que el mayor le tomara del cuello bruscamente para que lo viera, estaba molesto; se le notaba en la cara.

- No vuelvas hablar asi de esa manera.

¿Huh?

Akkun no lograba procesar aquello, hasta sus lagrimas pararon. - Espera.. - se seco el rostro. - ¿A que te refieres con..? ¡Ah! - se quejo de dolor al final, sintiendo como su espalda hizo contacto con el suelo de madera de la sala mientras el rubio estaba encima de él. - ¿¡Que carajos crees que haces!? - demando, tratando de impedir de que este le volviera a besar el cuello.

- Tu no eres un chico aburrido. - el contrario susurro contra su piel, ahora haciéndole chupones por lo largo de su cuello. - Eres una joya. - suspiro, abriéndole la camisa para besarle desde el pecho hasta su estomago.

- ¿De que esta hablando? - se retorcio un poco, notando como ahora el de musculos trataba de abrirle los pantalones. - ¡South! ¡Espera!

El nombrado le aprisiono las muñecas con una mano, prohibiéndole a que tratara de detenerlo. - Una hermosa joya, Atsushi. - volvio a halagar, logrando bajar el pantalón y la ropa interior del pequeño para revelar su miembro erecto. - Tan bello, que tengo miedo. - dijo en un suspiro nuevamente, bajando un poco su cabeza.