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~ 6 años atrás  ~

—¿Crees que lo que hice si estuvo muy mal?— me preguntó LeeNi, mi hermana menor.

Había notado mi presencia después de varios segundos parada en el marco de la puerta observándola llorar, dudosa entre acercarme a reconfortarla o mejor darle su espacio. Con el documento en mano me decidí a entrar a nuestra habitación compartida.

—Mamá está muy enojada, nunca la había visto tan alterada— volvió a hablar.

Agarré un pañuelo desechable del tocador y me dispuse a secar sus lágrimas.

—Utilizaste tus poderes para herir a alguien más. GoEun y tú no debieron actuar de ese modo.

—¿Por qué?, ¿por qué tienen que ser así?, ¿por qué no pueden entenderme aunque sea por esta vez?— me dijo entre llanto.

—LeeNi...—

—¡No!— exclamó interrumpiéndome, me arrebató el pañuelo y lo dejó caer al piso.
—¿Por qué debo ser yo quien deba callar? fue ella quien comenzó con todo, ¿por qué debo ser quien tenga que soportar los malos tratos? ¡No lo haré!

Se levantó de la cama y recogió del tocador el documento emitido por la dirección de su escuela, en donde se le informaba a mis padres que estaría suspendida una semana debido a su mala conducta. Arrugó la hoja de papel y la metió dentro del pequeño bote de basura que teníamos.

—Si quieres que logre entenderte, deberías comenzar explicándome el porqué de lo que hicieron.

Era la primera vez desde que ingresó a educación básica que sucedía algo como esto, siguiendo los mismos pasos que nuestro hermano mayor había marcado como una guía para nosotras, Min LeeNi siempre se había caracterizado por ser una niña de excelentes calificaciones, centrada y bastante disciplinada en sus estudios.

—No me gusta lo que dicen nuestros padres, ¿por qué debería procurar mantener una convivencia tranquila con los demás solo para evitar problemas con ellos?— cuestionó— Si me están haciendo daño, ¿lo razonable no sería defenderme?— continuó enseguida con otra pregunta.

—Lo es, por supuesto que sí— afirmé con preocupación ante su declaración.

¿Cómo es que nunca había notado el sufrimiento tan grande con el que ella cargaba?

—Mamá me dijo que estaba decepcionada de mí, que ella nos estaba criando para hacer el bien, parece que ella no lo sabe.

—¿Saber qué?— le pregunté con intriga.

—Que los seres humanos no se lo merecen.

La manera tan despectiva con la que se dirigió al mundo en general me causó escalofríos.

"Las personas me dan miedo"

Fue un comentario que la escuché decir alguna vez, en su momento no quise prestarle mucha atención, pensé que lo decía con tintes de broma, ahora me daba cuenta que su significado era muchísimo más profundo y al mismo tiempo literal.

—Sí, leí la mente de JiWon, descubrí que tenía fobia a los roedores y GoEun utilizó un poco de magia para llenar su mochila con ratones. ¿Estuvimos mal? Tal vez, pero lo que ella nos ha hecho ha sido mil veces peor, el odio que ha incitado en mis compañeros no tiene precio.

Se acercó al armario y de uno de sus cajones de ropa sacó su diario.

—Ojalá pudieras entenderme como yo quisiera.

Me entregó la libreta rosada que protegía como si fuese su reliquia más valiosa.

Fue en ese momento, tras leer las palabras escritas de su puño y letra que descifré lo que su mente de doce años guardaba con tanto dolor, aquella verdad que llevaba minimizando por años solo para mantener "buenas relaciones con sus compañeros", tal como se lo pedían nuestros padres.

Página tras página se iba convirtiendo en testigo del acoso escolar que ella vivía en su salón de clases. Mi corazón se sintió pesado por la impotencia y la culpa de no haberme dado cuenta antes.

A partir de ese momento, adopté la filosofía de vida que mi hermana proponía al final del diario:

"Está bien encontrar un porcentaje de maldad dentro de miles de acciones de bondad, porque eso significa que estás viviendo por y para tu bienestar, no para el bienestar ajeno".

In My Blood || Wonho || / REESCRITA/Where stories live. Discover now