In My Blood || Wonho || / REESCRITA/

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—Yo insisto, no debería de haber clases, el cielo se está cayendo allá afuera. Las nubes están tristes, ¿quién soy yo para salir a molestarlas con mi presencia?— preguntaba mi hermana.

Asentí, fingiendo prestarle atención a sus quejas aunque mi cerebro estuviese pensando en otras cosas.

"Si quieres que sea completamente honesto, la primera cosa que me atrajo sobre ti fue tu belleza, eres la mujer más hermosa que alguna vez haya conocido".

Mi corazón latió con fuerza nuevamente al recordar sus palabras, casi con la misma intensidad que el día anterior, llevé mis manos a mis mejillas que sin darme cuenta comenzaban a calentarse.

—Digo, no es como si el mundo se fuese a acabar si nos dejan faltar un día a la escuela, pero no, a ellos no les interesa si yo salgo a la calle y un rayo atraviesa mi cabeza... unnie, ¿estás escuchándome?— sacudió mi brazo.

—¿Ah?, sí, totalmente de acuerdo contigo— pronuncié con rapidez.

—¿Lo ves papá? TaeRi también está de mi lado.

Mamá terminó de servir el desayuno y se sentó en el comedor con nosotros.

—Me encantaría que se quedaran, pero tanto tu hermana como tú tienen importantes cosas que hacer.

—¿Estás diciéndome que entregar un proyecto de 30 hojas es más importante que el bienestar de tu propia hija?— dramatizó LeeNi.

Gustarle a alguien sin duda es halagador, sería mentira si dijera que las palabras que HoSeok me dijo ayer no elevaron mi autoestima, por supuesto que fue bonito escuchar eso, me hizo sentir como si fuera superior a las demás mujeres, como si fuese la única ante sus ojos. Era una sensación extraña, no porque fuese fea o mala, al contrario, a mi corazón le encantó pero, mi cerebro la recibió con un cartel gigante de advertencia que me decía que no debería acostumbrarme a ella.

—TaeRi~ah, ¿no tienes hambre?— me espabilé por el picoteó en mi estómago, era LeeNi tratando de hacer que prestara atención a lo que me decía mamá—No has probado nada, ¿te sientes mal?— preguntó preocupada a lo que yo negué con una sonrisa.

—Es por el taller que debo presentar hoy, me tiene muy nerviosa.

—Es raro, nunca te había quitado el apetito ninguna exposición— la mirada de papá era juzgadora.

—Es que ésta es diferente.

—¿Diferente?— preguntó mamá.

—Por supuesto, esta exposición es sobre un lindo chico de grandes músculos— masculló mi hermana en tono bajo, pisé su pie haciéndola soltar un leve gemido de dolor.

«No volveré a contarle nada».

—¿Qué dijiste?— cuestionó papá confundido.

—A lo que se refería LeeNi es a que estoy nerviosa porque no se trata de una simple exposición, debo dar un taller sobre comunicación oral y escrita a un grupo de preparatoria.

—No te preocupes mucho, el taller se lo aplicarás a la clase de tu hermana, eso debe ayudar— mamá sirvió más huevo en mi plato.—Come, debes llenarte de energía, lo harás bien.