Capítulo 32

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Rosé y Justo entraron a la comisaría en dirección a la oficina de la peliroja. En uno de los cubículos un hombre con el brazo enyesado y con un collarín era interrogado por uno de los oficiales cuando vió pasar a las dos mujeres.

—¡¿Uhm?!—el tipo reconoció a la doctora de inmediato—¡Ahí
está!—exclamó poniéndose de pie—¡Esa es la perra demoniaca que casi me
mata!—gruñó tratando de acercarse pero los oficiales lo impidieron—¡¿Qué esperan?! ¡lleven su maldito trasero a la cárcel!—.

La oficial Kim miró al hombre fuera de sí y levantó la ceja mientras que la cirujana bufó una sonrisa burlesca.

—Hey Yoongi ¿nuevo collar de
perro?—le hizo una seña—Te queda bien—.

—¡Ya verás zorra estup-

—Señor Min—lo interrumpió un hombre mayor que lo acompañaba—Por favor mantenga la compostura—.

—Señor Hyun—se dirigió Jisoo al hombre quien era el abogado de
Yoongi—Por favor pase junto a su cliente a mi oficina—le indicó.

De un lado del gran escritorio en la habitación se encontraban la oficial y su amiga detrás y del lado opuesto estaba Yoongi y su abogado. Una discusión muy acalorada empezó a tomar lugar, pues el castaño había presentado cargos en contra de la cirujana por haberle fracturado el cuello de un golpe, además de también lesionarle el brazo y exigía que fuera a prisión. Sin embargo la peliroja le explicó que su denuncia era improcedente ya que las acciones de la galeno habían sido en defensa propia.

—¡Defensa propia una mierda!—se levantó Yoongi golpeando la mesa con su mano sana—¡¿A caso está ciega?! ¡mire todo lo que ella me hizo!—.

—Señor Min por favor—volvió a llamarle la atención su abogado.

-Ni creas que te zafarás de
esta—refunfuñó mirando con odio a la cardióloga.

—Lamento informarle que las imágenes de las cámaras de seguridad del establecimiento son evidencias sólidas, señor—le habló Jisoo al abogado—Su cliente claramente instigó la pelea al usar un arma contra la Dra. Park. Esta sólo tomó represalias para defenderse, eso se justifica como legítima defensa propia. De hecho, creo que es ella la que tiene todo el derecho de presentar cargos contra el señor Min Yoongi—.

—Además—intervino Rosé—Todo lo que dijiste sobre Wendy... lo tengo
grabado—sacó su celular.

—¿Qué?—se exaltó el castaño.

—Todo está aquí—colocó el móvil en la mesa—Incluida tú confesión—.

Pulsó el botón de play y un audio se empezó a reproducir donde se podía escuchar claramente la voz de Yoongi jactándose de lo que le había hecho a la enfermera.

—¿Reconoces tú voz?—sonrió la pelirubia—Estoy segura de que recuerdas bien tus palabras...—.

—¿Qué basura es esa?—espetó el tipo indignado—¿Tú planeaste esto? puta conspiradora, ¡que te jodan!—.

—Cálmate Yoongi—pidió el mayor una vez más.

—¡Cállate y haz tú maldito trabajo!—le riñó el castaño.

—Dra. Park, creo que ha habido un malentendido—dijo Hyun—El caso que estamos discutiendo en este momento es su altercado con mi cliente, el caso de la señorita Son no tiene nada que ver con esto. Y me parece que esta
grabación...—empujó el teléfono de vuelta a la doctora—Fué hecha sin consentimiento... la grabación ilegal de una conversación no puede tomarse como prueba en un tribunal—.

—¿Qué?—lo miró confundida la pelirubia.

—Me temo que esto tendrá que considerase sólo una simple
pelea—afirmó el abogado.

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