Esas perversas manos exploraban cada ricón del cuerpo de la doctora, logrando estimularla incluso en contra de su voluntad. Cada lamida y mordisco estratégicamente proporcionado por la directora provocaba una reacción involuntaria en la pelirubia quien apretaba los ojos y se restía con todas sus fuerzas. Era la sensación más horrible del mundo, le asqueba a más no poder estar siendo presa de Lisa y aún así no poder controlar la respuesta de su cuerpo.
—Sabes en tú corazón que es inútil resistirte, Rosé...—rió la superior mordiendo su cuello.
Bajó una de sus manos acariciando la húmeda tela que aún cubría el sexo de la galeno, apartó la prenda para sentir aquella lubricación directamente y despació empezó a hundir dos de sus dedos en el interior de la doctora. Al notar esa intrusión la pelirubia arqueó su espalda tratando de retroceder su pelvis para alejarse pero Lisa la tenía apresada con su cuerpo contra el mueble. La directora bombeó sus dedos adentro y afuera un par de veces con tortuosa lentitud haciendo que un chillido ahogado por la mordaza escapara del la boca de la subordinada, y luego los sacó de repente.
—¿Ves esto?—levantó ambos dedos empapados del fluido y sonrió de lado levantando una ceja—Tú voluntad podrá ser dificil de quebrar, pero tú cuerpo va a responder por su cuenta con el estímulo apropiado—lamió sus dedos de forma lasciva—Voy a darte placer más allá de lo que haz
imaginado...—susurró casi rozando sus labios, mientras regresaba la mano a la entrpierna de la pelirubia para jugar con su clítoris—Limpiaré tú memoria de todas las cosas aburridas que haz hecho hasta ahora, y seras mía... quédate conmigo, Rosé...—.Yuqi observaba la escena cada vez más incomoda, al principio pensó que realmente su colega simplemente se estaba haciendo la difícil, que era una fachada provocada por su orgullo la que la hacía resistirse a los avances de la directora. Inocentemente creyó que Lisa terminaría por seducir a la cardióloga y que sería devertido y malditamente sexy verlas teniendo sexo. Pero conforme la situación se iba poniendo más turbia, entendió cuan equivocada estaba.
"Ugh, esto es nauseabundo... ¿qué estoy haciendo? ¡tengo que detener esta basura!".
—¡Basta!—la castaña salió del cuarto dando un portazo—¡Déjala en
paz!—gritó—Esto es una maldita locura, no puedes esperar que me quede sin hacer nada mientras la atacas
así—Lisa se volvió con una mirada fulminante y Rosé la miró
confundida—¡Ella no quiere! y tú sabes muy bien que no quiere, no hay forma que esto sea consesual—.—Yuqi—gruñó la superior visiblemente irritada alejándose de la pelirubia y encarando a la castaña—¿Quién te dió permiso de salir? realmente no conoces el concepto de permanecer en tú
lugar—frotó su cabello un tanto frustrada.—Déjate de juegos, Lalisa, en este momento no eres mi ama y yo no soy tú esclava—se puso firme la internista—Así que no actúes como si pudieras mandarme—corrió hacia la cirujana interponiendose entre ella y la
superior—¿Honestamente pensaste que me iba quedar sentada mientras violabas a Rosé como si nada? ¡¿estás loca?!—.Reunió algunas de las prendas de su colega que estaban espacidas en el piso y regresó a donde esta se encontraba.
—Lo siento tanto Rosé, debí intervenir antes—se disculpó la castaña profundamente arrepentida mientras le quitaba la mordaza—Aquí está tú ropa, vamos a taparte—.
—Realmente me estás sacando de quicio, Yuqi—refunfuñó la directora—Este asunto es entre ella y yo, tú no tienes cabida aquí—.
—¿Y se supone que debo hacerme de la vista gorda mientras haces lo que te da la gana?—replicó la internisa procediendo ahora a soltar las
esposas—Me parece que el poder se te subió a la cabeza, y tú eres la patética aquí, Lisa. Primero usas como un peón de tus juegos a una probre niña enferma y ahora esto... tus acciones se han ido trastocando demasiado últimamente—.—¿D-de que estás hablando,
Yuqi?—preguntó Rosé descolocada ante las declaraciones de su compañera de trabajo—¿Q-qué acciones?—volteó a mirar a la jefa y notó como amenzó a la castaña con la mirada—¡¿Qué hizo?!—.—Uhm...—la internista miró a la pelirubia apenada sin saber como empezar a explicarle—E-es sobre esa paciente, ella...—.
—¡Yuqi!—exclamó la superior en tono amenazante.
—¿Es paciente? ¡¿te refieres a
Jennie?!—cuestionó alterada la cirujana.—Sí...—asintió y se volvió hacia su superior—Lo siento Lisa, no puedo dejar que sigas eludiendo la ley con todo lo que haz hecho—.
—¡Mantén la maldita boca cerrada
Yuqi!—chilló exacerbada la directora acercándose a la castaña—¡¿Crees que puedes desobedecerme?!—le alzó la mano.—Quieta—intervino Rosé atrapando en el aire la muñeca de Lisa y apretandola con fueza—La que va a mantener la maldita boca cerrada eres tú,
Manoban—la miró con odio—A menos que la quieras abrir para explicar tú misma que fue lo que hiciste—.La directora se safó bruscamente del agarre de la cirujana y se alejó en silencio.
—Yuqi... ¿qué hizo?—volvió a preguntar en tono serio la cardióloga—No te ahorres los detalles, quiero saberlo
todo—.—B-bueno, esto nunca me pareció correcto y debí decirlo antes, lo
siento—bajó la cabeza—Se supone que ese corazón realmente debía ser para la chica Kim—confesó.—¿De que estás hablando? pero... l-los exámenes de laboratorio—musitó confusa la galeno.
—Creo que será mejor que lo veas tú misma—explicó la castaña caminando hacia el pasillo—Espera un momento—.
—¿A dónde crees que vas?—Lisa intentó detener a la chica.
—No te muevas, Manoban—gruñó Rosé interponiendose.
Corriendo de vuelta al cuarto de su jefa, la internista fue directo a la cómoda, abrío el cajón donde recordaba estaba lo que necesitaba, pero en lugar de encontar lo que buscaba se encontró con otra cosa, la tomó extrañada dandole un vistazo y le pareció importante, no sabía exactamente que era y porqué estaba allí pero sopechaba que tenía algo que ver en todo el asunto. Justo debajo de aquello divisó finalmente su objetivo, agarró ambos y volvió a la sala.
—Toma, échale un vistazo—le extendió un par de hojas la castaña a su compañera—Estoy segura que debes recordar los números—.
Rosé recibió los papleles y sólo le bastó mirarlos un segunto para darse cuenta que eran los resultados de los exámenes de Jennie.
—¿P-por qué las dos copias no coinciden?—de repente todo estuvo claro para la cirujana—Tú...—gruñó apretando las páginas y viendo a Lisa de forma asesina.
—Sí... ella...—confirmó Yuqi—Te entregó unos falsos—.
Al hablar su colega la pelirubia dirigió su vista momentáneamente a esta y se dió cuenta que tenía algo más en la mano.
—¿Y eso que es?—preguntó frunciendo el ceño.
—Ah, no estoy segura... pero tiene tú firma y la de la niña Kim, pensé que podía ser otro truco raro de Lisa—se encogió de hombros la internista entregando los otros paples a su contraria.
—E-esto es...—Rosé abrió los ojos como platos al reconocer de inmeditato lo que estaba sosteniendo—Es el contrato que Jennie y yo... ¡¿cómo conseguiste
esto?!—cuestionó a la
directora—¿Cómo?...—la voz le tembló al tratar de imaginar los escenarios que pudieron desembocar en que su jefa se hiciera con dicho documento—Lisa, tú... l-lo obtuviste de Jennie ¿verdad?—la superior apartó la mirada—Pero, ¿por qué? ¿p-por qué te lo...
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Pulse | Chaennie
FanfictionLa Dra. Roseanne Park es una renombrada cardióloga, aunque es joven se ha ganado la reputación de ser una de las mejores en su campo, sin embargo esa no es la única reputación que la precede, tiene la fama de ser fría y no atarse a ninguna relación...