𝘽𝘼𝙉𝘿𝙈𝘼𝙏𝙀 || Gwen Stacy x Fem! Oc

･ﾟ✧Capitulo 7･ﾟ

Cuándo quiso darse cuenta, Gwen terminó en el apartamento de Aeth.

- No quiero molestar... - Habló mientras pasaba al apartamento detrás de la más baja. Se tomó su tiempo para observalo, era acogedor. No muy grande.

- No molestas en lo absoluto. - Le contestó la bajista mientras le guiaba hacía su cuarto.

Una vez allí Aeth la obligó directamente a sentarse enfrente suya. - Entonces... ¿Por qué me has estado ignorando éstos últimos días? -

- Uh, antes de todo quería disculpar por eso... - Tomó una pausa para suspirar. - Yo solamente no quería hacerte daño, por eso intenté alejarme, no quería perderte igual que perdí a Peter. -

La castaña sintió su corazón latir acelerado ante esa declaración, pero detrás de eso una empatía por la rubia, debió ser muy dura para ella la perdida de Peter para hacerla sentir así de culpable. Se había hecho a la idea de cuánto significaba él para ella.

- Entiendo, de verdad, pero no siempre alejarse es la solución, eso a la larga te termina afectando a tí. -

- Lo sé, pero, eres prácticamente de las únicas personas que me trata bien y en el fondo no quería perjudicar eso. Fui un poco estúpida contigo. -

-Bueno lo último no te lo niego. - Rió su contraria, ganándose una pequeña sonrisa de Gwen.

La ojiverde se levantó del suelo y agarró del brazo a la ojiazul, levantándola en el proceso y envolviéndola en un suave abrazo.

- Déjame estár a tú lado Gwen, no tienes que pasarlo todo sola. -

- Es difícil... Sobretodo cuándo mis seres queridos han muerto o me han abandonado. -

-Todos, excepto tú. - añadió

La baterista se agachó un poco y escondió su rostro en hombro de su contraria, en un pequeño acto de afecto que obtuvo cómo respuestas unas suaves caricias en su pelo.

Por otro lado, la bajista estaba sin palabras. Su corazón latía demasiado rápido y sus manos temblaban un poco, esas palabras le habían llegado muy profundo, nunca nadie le había dicho algo así, solo esperaba que no se notase su nerviosismo.

- ¿Estás bien? Noto tus temblores. - Susurró Gwen.

Mierda.

- Si, si, solo tengo un poco de frío...- Técnicamente eso no era del todo mentira. Se pudo escuchar un pequeño "Mhm..." Cómo respuesta de la más alta, quién dejó escapar un pequeño quejido cuando sintió a Aeth separándose para agarrar una manta.

- Quién diría que hasta eres pegajosa. - Se burló de ella tras haber escuchado aquel pequeño quejido. - ¿Te hace ver una película? Te dejo elegir. -

La ojiazul asintió convencida solo por poder elegir la película que verían las dos juntas.

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Terminaron viendo una de terror por elección de la rubia, lo que Gwen no sabía era lo asustadiza y miedica que podía llegar a ser Aeth.

Cada vez que saltaba algún screamer ella también, presa del miedo. También trataba de no mirar ala pantalla directamente en cada situación de tensión.

Al quedar poco para terminar la película, se la podía encontrar escondida justo detrás de la espalda de Gwen, dónde dejó ver que era el sitio dónde más segura se sentía en ese momento.

- Ni te atrevas a decirlo... -

- ¡Miedica! - Rió la rubia. Ganándose un pequeño empujón de la castaña.

Obviamente eso no se iba a quedar así, ambas terminaron iniciando una pelea de almohadas. La más alta agarró un peluche mediano de un tiburón ballena y corrió hacía la más baja.

- ¡Eh! ¡Con el tiburón no! -

- ¡Tarde! - Dijo antes de darle un golpe amistoso con aquel peluche. Ante el forcejeo desesperado de Aeth por huir de Gwen, ella tuvo que retenerla por las muñecas y en contra de la pared.

- Te tengo... - Dijo para después subir su mirada hacia su contraria, al instante de hacer contacto visual con ella sintió su respiración ser cortada por un cuchillo, a continuación un gran calor recorrió sus mejillas tiñiendolas de un color similar al de las puntas de su cabello. No pudo evitar centrarse en admirar cada facción del rostro de la bajista, terminó acercándose un poco más a ella.

Pero en cuanto se dió cuenta de lo que estaba haciendo, se separó abruptamente, recuperando su respiración y tratando de calmarla.

Por en cambio la ojiverde no entendió muy bien lo que acababa de pasar, pero no podía negar haber disfrutado esa repentina cercanía, e incluso llegar a ansiar más de ella.

- Uh-uhm... ¿Tienes hambre? Podría hacerte algo de cenar... - Trató de cambiar de tema mientras miraba hacía el suelo, visiblemente nerviosa.

- Estoy bien, no te preocupes... -

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Gwen terminó quedándose a dormir en casa de Aeth por su insistencia. Las dos terminaron de ver la película que iniciaron antes, o bueno, al menos Gwen porque Aeth se encontraba dormida en el otro extremo del sofá.

La rubia se dió cuenta de ésto, al no querer levantarla debido a lo cansada que se veía decidió cargarla con cuidado hasta la cama estilo princesa. La dejó sobre la cama suavemente y la arropó con unas mantas para después acostarse a su lado, durmiendo con la bella imagen del rostro dormido y relajado de la otra.