Willy wonka el excéntrico e inteligente chocolatero lleva una vida llena de lujos y amor familiar, pero no todo es felicidad, se siente solo, su corazón esta vació, realmente en sus adentros desea tener una compañera, tener un amor real y puro, esos...
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Will pudo reconocer ese grito, como el rugido de una leona, intentó con cuidado quitar el rostro de la rubia quien aún intentaba darle beso y toquetear su cuerpo, para poder ver a distancia, vio que la chica de ojos marrones había llegado y lo estaba mirando con un rostro de enojada, sus nervios aumentaron, sintió vergüenza de que se los encontrara así ya que sabia que podia mal pensar las cosas, no entendía muy bien por qué le importaba tanto que la pelirroja tuviera una perspectiva errónea de esta situación, que creyera que él gustaba de su hermana rubia y que intentó sobrepasarse con ella, aun así sintió un gran alivio y felicidad de verla.
—¡Stefani! —le grito con un suspiro de tranquilidad para luego tartamudear un poco—N-No es lo que piensas, esto es un mal entendido.
La pelirroja ignoró el llamado del muchacho y aun con dolor en sus piernas, tenía la fuerza suficiente para ayudar a Will, se aproximo a paso acelerado hacia donde estaba Grecia literalmente arriba del primogénito de los Wonka, agarró de los brazos a su hermana, la rubia no pudo hacer mucho, ya que sabía que Stefani era más fuerte físicamente que ella, y con facilidad se la quitó de encima al joven, con un fuerte empujón la derribó al suelo apartandola de Will, se giró para ver a la rubia libidinosa aún muy enojada y tomando su papel como hermana mayor, la regaño.
—¿Qué te pasa Grecia? ya controlate, con un demonio—le exclamó muy enojada y avergonzada de ella.
La nombrada de ojos color azul, la miró molesta y con sus manos peinó sus cabellos rubios que estaban desordenados al igual que la falda de su vestido, mientras que al mismo tiempo se ponía de pie.
—No te metas Stefani, esto no te incumbe —le reprocho celosa y enojada.
—Callate y regresa a la casa ¿o quieres que le diga a Margaret lo que estabas intentando hacer en lugar de cumplir con tus tareas? —puso sus manos en sus caderas y con autoridad, le señaló el camino de regreso—Sabes que si se lo digo, te ira mal, no importa que seas de algún modo “su favorita”, haz caso por favor —lo último trato de decirle en el tono más amable que pudo.
A regañadientes y haciendo berrinche, Grecia se marchó, la pelirroja liberó un suspiro exhausto y de tan solo ver la cara que tenía Will como de un conejo asustado, se dió cuenta que su hermana fue la que empezó todo, se tocó la cara con fastidio, mientras que el chico aun algo alterado por el susto, se puso de pie lentamente, olvidando ponerse su sombrero, lo dejo en el suelo, con una sonrisa miró a su “heroina” e impulsivamente corrio y la abrazo por la espalda.
