Capítulo 7. Hazlo por ella.

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En la Torre de Babel. Esa misma noche.

"Ya te dije que dejes de molestarme con eso Tsubaki-".

Reclamó una hermosa mujer de cabellera roja a la cual unas cuantos mechones le llegaban a los hombros y que en su rostro sobresalía un parche en el ojo derecho mientras se sonrojaba y evitaba el contacto visual.

Una risa llena de regocijo provino de otra mujer de tez morena e increíblemente bella como la antes descrita, de nombre Tsubaki.

"Es que Hefesto-Sama ¿Qué otra prueba quiere? Se nota que Welf la ama y usted le quiere corresponder ¿Por qué seguir retrasando lo inevitable? Incluso piensa en él todo el día y ya se ha vuelto molesto escuchar una y otra vez la misma historia. Al menos salgan en citas para variar sus delirios con él".

Declaró la susodicha hacia su diosa al mismo tiempo que cargaba un par de cajas repletas de armaduras de bajo alcance, como dagas y espadas cortas, para luego abrir la puerta del puesto en el que trabajaban y guardar los artilugios en su interior.

"Esa Tsubaki, no se cansa de molestarme con eso...".

Se quejó Hefesto mientras guardaba el resto de armamento en más cajas para prepararse a cerrar el lugar.

Sin embargo, mientras su mente divagaba con la posibilidad de salir en citas con aquel hombre que se ha introducido en su corazón, la presencia y llamado de una joven le llamó la atención, deteniendo le que hacía.

"¡Oh, Hefesto-Sama!".

Saludó la susodicha con ánimo, provocando que ella volteara.

"¿Syr-Chan? Quė gusto verte ¿Qué te trae por aquí a estas horas?".

Hefesto regresó el salido de la joven camarera y le interrogó sobre su presencia en la zona de mercados en Babel. No es común recibir clientela en un horario tan nocturno, mucho menos de una chica ajena a las aventuras como la camarera, por lo que no es de extrañar que su presencia ahí llamara la atención de la diosa de la herrería.

"Fufufu. Es un secreto".

Syr puso su dedo índice encima de sus labios y guiñó el ojo de forma coqueta, evitando así revelar el motivo de su visita.

"Siempre tan misteriosa. Pero creo que eso es parte de ti".

La pelirroja negó con la cabeza, posando ambos brazos en los extremos de su cintura mientras cerraba los ojos y suspiraba con desdén.

"En fin, cuídate mucho. La seguridad de la familia Ganesha se retiró hace un par de horas, por lo que no hay quien vigile. Así que te recomiendo no estar mucho tiempo a la vista de todos. Una hermosa joven como tú llamará la atención de personas indebidas".

Hefesto le dio un par de codazos de forma amigable al hombro mientras le sonreía y expresaba su preocupación.

"¡Ay, Hefesto-Sama qué cosas dice!".

"¡Ay, Hefesto-Sama qué cosas dice!"

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El ángel que los unió...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora