solo es instinto y, ¿los pasillos tienen oídos?

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Corre tras la omega cuando la reunión ha terminado, es una costumbre que ha adquirido esta última semana, la toma decidida por la muñeca y antes de que alguien lo note, se encierra junto a la menor en una de las aulas vacías. Lisa se queja por el agarre y la siente removerse, aunque Jennie no esté siendo bruta, sus manos alfa siempre van a ser un poco más fuertes que las de la omega, aunque sean más pequeñas.

―¿Qué mierda te pasa, cabeza de nudo? —Lisa protesta y la empuja una vez soltó su agarre―. Estás actuando más idiota de lo normal —esta vez se cruza de brazos y comienza a caminar hacia la puerta.

―¿Por qué no cubriste las marcas? ―su voz sale ronca y espesa, la excitación en ella está comenzando a notarse.

Lisa está estática en su lugar, con la perilla de la puerta en su mano y con sus hombros dolorosamente tensos. Cuando habla no se gira para mirar a Jennie y su capucha aún está puesta, de una forma extraña e incluso se llegan a ver algunas marcas allí. Pero Jennie quiere ver todo de cerca.

―Me quedé dormida —no da más explicación que esa, solo un encogimiento de hombros.

―Mentira ―su voz sale en un gruñido y se acerca lentamente a la omega, quien sigue estando estática en su lugar―. Te gusta presumir las marcas de tu alfa.

Las últimas palabras son saboreadas sobre sus labios cerezas y chocan en la oreja de la extranjera, Jennie está detrás de ella con una de sus manos envolviendo su delicada cintura. ¿Qué mierda está pasando? Jennie ni siquiera es consciente de algo de esto, es como si lo estuviera viendo todo desde una pantalla.

―¿Estás...? ―Lisa destensa sus hombros y se gira para quedar cara a cara. Jen está a punto de morir por la cercanía―. Ya entendí —chasquea su lengua en el paladar y tiene esa mirada arrogante―. ¿No conseguiste alguien que te ayude en tu celo y pensaste que yo iba a estar tan desesperada como para ayudarte?

Sus pulmones expulsan aire comprimido cuando es empujada y Lisa se vuelve a cruzar de brazos, su entrecejo está fuertemente fruncido y las feromonas de enojo y confusión están alrededor de ella, nada en comparación a Jennie, quien sin entender cómo, su alfa está terriblemente excitada.

―No, solo quiero acercarme a ti —su voz ahora sale lenta y profunda. Lisa entrecierra sus ojos al mirarla.

―Es muy irresponsable de tu parte estar en un lugar público cuando estás a nada de entrar en celo —aparta su mirada y cuando Jennie cree que la omega está a punto de irse comienza a buscar algo en su mochila―. Esto lo va retrasar por uno o dos días.

Una pastilla está entre sus delgados dedos, su bonita mano se extiende hacia ella y la alfa siente que lentamente su parte humana vuelve a tomar el control. No debería retrasar su celo, pero el miércoles tiene entrenamiento y no puede faltar porque están cerca de un partido importante. Así que cuando sus dedos se rozan su cuerpo comienza a arder en llamas lentamente, su mano tiembla un poco cuando mete la pastilla en su boca y vuelve a temblar cuando agarra la botella de agua que le está ofreciendo la omega.

―Con respecto a lo del sábado ―la mirada ajena recorre todo su rostro y siente que arde por eso―, nunca pasó. Estás cerca de tu celo y eres demasiado hormonal. Son solo cosas de las castas y esas mierdas.

Una extraña presión se instala en su pecho, es muy similar a la que se instaló el sábado por la noche cuando la pelinegra la dejó sola en aquel armario y cuando fue a buscarla por toda la fiesta, no la había encontrado. Su alfa se remueve algo inquieta en su interior a pesar de haber tomado una pastilla para calmarla. De todas formas esas mierdas siempre tardan un poco en hacer efecto.

―Sí, lamento si... ―Jennie aclara su garganta, incómoda por toda la situación y desvía su mirada a cualquier otra cosa que no sean esas almendras―. Ya sabes, perdón si te hice sentir incómoda o algo de eso.

Put me in the sky, my love | JenlisaWhere stories live. Discover now