Ser Aryan Stark el Valiente.

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Buenas, buenas, gente. Espero se encuentren bien.

Para no perder costumbre, ¿desde donde y a que hora leen?

Espero les guste. 

-X-

Harry X.

Cuando Harry se arrodillo de nuevo frente al Trono de Hierro, lo hizo con ropa prestada: un jubón de terciopelo verde con hombreras acolchadas y mangas abombachadas con cortes que dejaban ver la seda amarilla del forro, con capa de ribete de seda. Llevaba un collar de eslabones de plata batida en torno al cuello y se sujetaba la capa con broches de esmeraldas.

Era, en resumen, el sueño de toda doncella.

Había sido el príncipe Rhaegar quien le cedió las prendas, dado que Harry no llevaba nada apropiado para la ceremonia, y era el príncipe Rhaegar quien colocaba la espada sobre sus hombros.

-En nombre del Guerrero, le encomiendo ser valiente-decía Su Alteza Real, y a continuación, puso la espada en el otro hombro-. En nombre del Padre, le encomiendo ser justo. En nombre de la Madre le encomiendo defender a los jóvenes y a los inocentes. En el nombre de la Doncella, le encomiendo proteger a todas las mujeres. Levántese, Ser Aryan Stark el Valiente.

La ceremonia fue simple, y después de ello, los cortesanos aplaudieron educadamente. Casi todas las espadas blancas estaban ausentes, al igual que el rey y el príncipe Viserys. Pero la reina estaba allí, junto a la Mano y el Consejo Privado. El Lord Comandante Gerold Hightower guardaba al príncipe como una pálida sombra.

Harry se puso de pie e inclino la cabeza ante el príncipe. «¿Ser Aryan Stark? Suena bien, lo admito... Pero no tanto como Lord Aryan Stark».

Era, sin embargo, la recompensa de la Corona por sus acciones en el Valle Oscuro.

Cuando los aplausos se apagaron, el príncipe Rhaegar alzo la mano y acepto un rollo de pergamino con el sello real, el cual entrego a Harry.

-Es el deseo de Su Majestad que su leal vasallo Lord Aryan Stark reciba justa recompensa por sus fieles servicios a la corona y al reino. Por tanto, a Lord Stark se le concede el castillo de Fuerte Pardo, con todas sus tierras e ingresos, con todos los títulos que correspondían a los traidores Darklyn, para que lo convierta en un feudo más de sus dominios y desde allí ejerza como Señor del Valle Oscuro. Aryan Stark, sus hijos y sus nietos ostentarán estos honores hasta el fin de los tiempos. El Príncipe de Rocadragón, el Consejo Privado y la Mano del Rey consienten a todo lo expuesto.

Aquel era un honor mucho más significativo que un título de caballero, así que cuando Harry lo agradeció fue mucho más sincero. No se trataba, sin embargo, de una muestra de generosidad espontanea por parte del rey Aerys ni mucho menos. En cambio, había sido su deseo cuando el rey le concedió una petición por sus servicios. Y Aerys no pudo negárselo... Aunque Lord Tywin argumento en contra, y con mucho fervor.

-Le doy las gracias, mi príncipe-dijo Harry con la vista fija en los ojos amatista del Príncipe Dragón-. Y también a mi rey.

Como Ser Gwayne Gaunt había muerto en defensa del rey, la Guardia Real enfrentaba números rojos. El príncipe Rhaegar soluciono aquello con facilidad, sugiriendo a su amigo Arthur Dayne como reemplazo. Un caballero de tal reputación, y encima, con la espada Amanecer como prueba de su destreza, difícilmente podría ser igualado, así que el Aerys Targaryen, Tywin Lannister y Gerold Hightower accedieron con facilidad.

Fue el mismo Toro Blanco quien coloco la capa blanca sobre los hombros de Ser Arthur después de escuchar su sincera promesa de lealtad.

-De pie, hermano.

Se Acerca el InviernoWhere stories live. Discover now