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El sol brillaba sobre el Instituto Voltaire ya casi medio día.

Las tres amigas estaban en el recreo sentadas en una banca.

— ¿Por qué no nos habla? Es como si fuera una celebridad — dijo Simone después de mirar a Annick por un instante.

Bella y Michèlle estaban mirando a la nada, ambas en sus burbujas, a tal punto que no escucharon a su amiga.

— ¿Me están escuchando? — les dijo a ambas.

Como si estuvieran coordinadas hablaron al mismo tiempo — Si si perdón — dijeron.

— Entiendo que pienses en tu hermano pero las audiencias disciplinarias suelen tardar, no te preocupes — le dijo a la pelirroja para regalarle una sonrisa confortable. Luego se dirigió a Bell.

— En cambia a ti Bell no se que te pasa — le dijo a ella —....¿Tiene que ver con la charla que tuviste con Decamps?...—

Bella se quedó sin palabras no sabía que responder, no podía decir la verdad pero tampoco quería mentir devuelta.

— ¿¡Hablaste con Decamps?! — dijo desconcertada su otra amiga. La castaña solo asintió.

Miró unos segundos al suelo para luego hablar — Es que....tal vez hice un trato con el para que deje de molestar a Applebaun — dijo finalmente.

— ¿Pero por qué? — Preguntó Simone todavía sin entender.

—No lo sé solo fue un impulso, ahora para que lo deje de molestar tengo que darle la fecha de la Batalla de Maraton — terminó diciendo.

Antes que alguna pueda decir algo más Henry camino por atrás de su banco usándolas como una pared para que alguien no lo vea.

— Annick Annick — llamó a la rubia.

Las tres jovenes se miraron entre ellas confundidas.

— ¿Por qué no te acercas a ella y ya? — Preguntó Simone.

La rubia se acercó hasta el.

Bella dejo de prestar atención cuando vio a lo lejos a Decamps en la puerta de la escuela, este le hizo una seña con la cabeza.
La chica entendió que quería que lo ayudara ahora.

— Las veo luego — les dijo a sus amigas y no les dio tiempo a hablar que ya se dirigía a la entrada.









Bell no vio a Decamps en ningún lado por lo que supuso que la esperaba allí en la bibloteca.

Al llegar a la sala miro a los costado verificando que nadie la haya visto y se dirigió a la puerta secreta.

Ingreso a la segunda habitación y cerró la puerta detrás de ella.

— Rossi — dijo el muchacho mientras se acercaba.

— Decamps — dijo ella.

— Solo hay una estantería que habla sobre batallas y guerras, así que no deberíamos tardar mucho — dijo señalando uno de los estantes de la ilera de en medio.

Ella solo asintió para empezar a buscar.

Ambos empezaron a buscar cada uno por su cuenta en silencio.
Había una tensión un tanto incomoda más para la chica que para el chico.

Pasaron los minutos y la joven ya se sentía aburrida de tanto buscar.

— ¿Por qué quieres ser el delegado? — Preguntó la chica sacando tema de conversación, por una parte porque estaba aburrida y or otra también quería saber.

𓍢ִ໋𝑳𝒂 𝑩𝒊𝒃𝒍𝒊𝒐𝒕𝒉𝒆̀𝒒𝒖𝒆 𝑺𝒆𝒄𝒓𝒆̀𝒕𝒆/𝘑𝘰𝘴𝘦𝘱𝘩 𝘋𝘦𝘴𝘤𝘢𝘮𝘱𝘴Where stories live. Discover now