Nuevo sentimiento

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"Nuevo sentimiento"



Málaga, Europa
Marvin


Mientras caminaba por el elegante vestíbulo del hotel, me sentí cautivado por la imponente belleza de su arquitectura. El techo alto y adornado con intrincados diseños de época parecía elevarse hasta tocar el cielo, mientras las luces cálidas creaban una atmósfera acogedora y lujosa. Los detalles cuidadosamente seleccionados, desde los muebles clásicos hasta las obras de arte que adornaban las paredes, hablaban de un gusto refinado y una atención meticulosa al detalle.

Al acercarme al mostrador de recepción, no pude evitar admirar la elegancia discreta que impregnaba cada rincón del lugar. La suave música de fondo y el suave murmullo de conversaciones distantes añadían un toque de sofisticación a la experiencia, como si estuviera entrando en un mundo aparte, lejos del bullicio cotidiano.

Mientras el amable personal me daba la bienvenida con una sonrisa genuina, pude ver aquellos ojitos que le lanzó a mi hermana, me sentí incómodo, mis ojos se desviaron hacia las amplias ventanas que ofrecían una vista impresionante de los canales serpenteantes y los tejados pintorescos de Ámsterdam. La luz del atardecer bañaba la escena con tonos dorados, creando un espectáculo visual que parecía sacado de un cuadro impresionista.

Al recibir la llave de mi habitación, anticipé con emoción la perspectiva de sumergirme en el lujo discreto y la comodidad exquisita que prometía mi estancia en este encantador hotel. Cada detalle cuidadosamente seleccionado me recordaba que había elegido el escenario perfecto para mi escape, donde podría encontrar calma y renovación en medio de la belleza atemporal de Ámsterdam.
Acoplarse a ese cambio no era tan difícil, menos cuando todo te llamaba la atención y era nuevo para ti. La incomodidad era mayor, pero la emoción e intriga en ese momento era inexplicable.

—Cierra la boca o entrarán bichos a ella —dijo Carolyn a mis espaldas.

—Espera.. —reí. —¿A caso no vez las estructuras de aquí?.

—Sí, y podría tomar cientos de fotografías.

—Entonces hazlo —propuse emocionado.

Carolyn saco de su bolso el estuche donde venía su cámara, acomodó cada absurdo botón que no se de que trataba y empezó a fotografiar algunas estructuras del lugar, parecían ser edificios muy bien trabajados y estructurados desde un inicio hasta el fin, podría vivir ahí sin problemas.
El aire era más frío que en Málaga, mi cuerpo se estremecía con cada roce del aire, camine lentamente admirando todo, mi mirada se posó en una pequeña jardinera cubierta de tulipanes rosados, se veían tan hermosos que moría por arrancar uno.

El agua cristalina del pequeño río que cruzaba entre el puente rodando un par de casa se veía demasiado fría, saqué mi móvil para fotografiarlo, todo ahí daba aires de un nuevo cambio y justo ahora me arrepentía de no querer venir.

—Esto es maravilloso.

—¿Verdad que sí? —se acercó Carolyn a mi. —Y pensar que no querías venir
—Ya se, me arrepentiré de haberlo dicho, pero eso será luego de probar alguna comida.

—Bien, entonces vayamos a buscar algo rico —chilló ella.

Ámsterdam, con sus cielos grises y sus canales fríos, me recibieron con una sombría bienvenida. Cada vez que me sumía en sus calles estrechas y pedregosas, sentía el frío me envolver como una manta pesada y fría.
Pero, aunque el clima era desconocido y hostil, yo sabía que estaba buscando algo más. Algo que no se encontraba en mis calles calurosas y soleadas de Málaga. Estaba buscando la paz que solo se puede encontrar en el agua estancada y en los rincones oscuros de esta ciudad extraña.

EL ARTE NOS LLEVÓ A TODO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora