Capítulo 36

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Enzo

Existen personas que juegan y se queman con fuego. Otras que son el fuego. Y luego estoy yo que soy el titiritero, el maestro de obras y el director de escenas que decide quién juega, quién se quema y con quién.

Hoy, en especial, le ha tocado a una pobre e inocente niña ser víctima de mis designios.

La niña en cuestión no es otra más que la hija de Vicente Cruz y Hela Martínez, afamados general y comandante de la élite militar que, irónicamente, son los aliados más poderosos de mi contrincante Luis Santos. Ambos se encuentran al servicio del Cartel del Pacífico desde hace demasiados años, tantos que me pregunto cómo el actual ministro de la institución fue tan imbécil que no se dió cuenta de en lo que su mujer estaba metida porque incluso yo, que en aquella epoca era un adolescente, lo sabía y me aproveché de ello pues, como bien dije, soy el que maneja los hilos de todos desde las sombras.

¿Por qué lo hago? La respuesta es simple, me gusta.

Saber que de mí dependen los acontecimientos es una sensación tan adictiva que me niego a dejarla así como jamás voy a parar de acosar a la niña de la cual me prendí tras haberla visto un par de veces en casa de sus tíos hace casi veinte años. Esa niña hoy es toda una mujer, una de la que pude disfrutar por un tiempo a escondidas aunque a mi no me engañara su fachada. Ella a todos puede hacer pasar por idiotas menos a mí que vengo siguiendo sus pasos desde que la conocí.

Rubia, pelirroja o pelinegra. De ojos verdes, azules, negros o grises. Siempre voy a saber que es ella, tenga el nombre y el aspecto que tenga.

«Atenea», el encanto con una tormenta constante en sus ojos. Capitana de la élite y prospecto a mucho más.

«Katerina», la niña de ascendencia rusa con una herencia que desconoce y rivaliza con lo que es hoy en día.

«Stephanie», la misteriosa modelo "británica" que fue furor en días y desapareció tan rápido como llegó. Su primera misión donde, sin darse cuenta, me libró de obstáculos para dominar el mercado italiano.

«Arya», la inocente chica que flechó a quien consideraba un amigo y por la cual terminó mi amistad con él.

Todas son Atenea Katerina y Atenea Katerina es todas ellas.

No obstante, es su propio nombre el que encierra la absoluta verdad sobre ella aunque aún desconozca la parte más siniestra sobre sí misma. Una parte que es la que la hace más codiciada de lo que ya sería siendo lo que hoy cree que solo es pues, en el bajo mundo donde los criminales nos movemos, es bien sabido que tarde o temprano la capitana deberá elegir un bando por el bien de su propia familia pero el mayor problema radica en que su elección, de una u otra manera, va a separar a esa misma familia y desatar lo que nadie desea. Sea cual sea su decisión la guerra va a estallar en el momento que elija y está más que claro que el lado ganador va a ser el suyo a menos que algo, o alguien, lo impida. Y en esta historia yo solo deseo acelerar los acontecimientos a mi favor. Nada más.

Lo que hoy sucederá es tan solo otro de los tantos movimientos que he planeado y realizado a lo largo de los últimos veinte años tras el intento fallido de tenerla conmigo cuando apenas era una niña y desde entonces he puesto mi inteligencia, dinero y poder en el empeño de quedarme con ella. ¿Mis razones? Quien la tiene puede decir que el mundo suyo es y yo soy lo suficientemente ambicioso como para querer ambas cosas.

―Enzo, la niñera solicita tu presencia. Dice que es urgente ―informa Antoni, mientras le doy otra calada a mi habano importado desde las vegas de Pinar del Río en Cuba, frenando por completo cualquier pensamiento que no tenga que ver con mi heredera.

―¿Qué ha pasado? ―Pregunto apagando el puro en el cenicero de plata que sobre el escritorio descansa permanentemente.

Acomodo los gemelos de platino y la chaqueta del traje Armani a medida que hoy cubre mi cuerpo para ponerme de pie ante la atenta mirada del sicario en jefe de la organización y mi mano derecha que, de momento, está a cargo de supervisar que todo con mi hija marche bien.

Peligrosa Atracción (Borrador Peligro #1)Where stories live. Discover now