ж EXTRA ж

742 135 39
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al abrir los ojos pudo ver el rostro que tanto amaba

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Al abrir los ojos pudo ver el rostro que tanto amaba. Julian se encontraba observándola mientras sonreía, como hacía cada mañana desde que volvieron a estar juntos, y lo siguiente que hizo fue rodear con un brazo su cintura para atraerla a su cuerpo.

—Buenos días, mi vida —le dijo mientras depositaba un beso sobre la cabeza.

—Te he pedido que me despiertes si tu ya lo hiciste —se queja, pero él rie.

—¿Y perderme la oportunidad de ver las lindas muecas que haces? Ni loco —contesta— Además, estuve demasiado tiempo separado de ti, déjame disfrutar estos pequeños momentos.

Tras escucharlo se sonrojó por completo. Habían pasado un mes desde que volvieron a reencontrarse, pero tenerlo cada mañana a su lado se sentía todavía demasiado irreal.

La sensación de paz que él siempre le proporcionaba se sentía demasiado bien, incluso había momentos donde no podía evitar recordar la visión que Aretusa le había mostrado, y aunque era consciente de que fue una especie de trampa para que pudiera un deseo erróneo, no podía pararse a pensar que en realidad la deidad le había mostrado lo que pasaría si tomaba la decisión correcta.

—Julian, debemos alistarnos —contesta ella mientras siente como él comienza a besarla con más necesidad.

—Pueden esperarnos —respondió con voz grave.

—Llegaremos tarde...

—Pueden esperar un poco más.

Ella sonrió, pero se dejó llevar por el momento. Con tan solo unas cuentas caricias Julian encendía su cuerpo por completo, y ella tenía ese mismo efecto en él, y si bien habían pasado tantos años separados, las ansias de ser uno únicamente se habían acrecentado pese a la distancia.

Para cuando terminaron fue necesario que se dieran un baño con agua fría, Emerald estaba demasiado nerviosa. Desde que era una niña su sueño había sido contraer nupcias con alguien, lógicamente debido a que era una princesa sabía que amar realmente a su esposo sería un lujo, pero por suerte ella había encontrado a una persona que la complementaba en cada aspecto de su vida y no podía evitar sentirse más feliz.

Diamond, el príncipe corrupto [Saga: Los malditos #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora