Start The Game #1

capítulo 6

난 내가 하기 싫은 일로

성공하긴 싫어

난 날 밀어

Word

(No quiero tener éxito haciendo

Algo que no quiero hacer 

creo en mi palabra)

—Outro: Wings, BTS

VI | Oportunidad

Dos semanas atrás.

—Entiendo, entonces es un no —Asiento—. Es una lástima, Becca.

Ninguno de los dos dijo algo más, que la conversación se extendiera, era inútil. Creyendo que este tema ya había quedado claro, tragué aquel nudo que se quería formar en mi garganta y di media vuelta para por fin macharme.

Presentía que si me quedaba algún segundo más me volvería loca y aceptaría la propuesta, no podía ceder ante eso. Tenía claro lo que quería y el solo hecho de pensar de competir con aquel tramposo para obtener ese puesto no entraba en mis planes.

Ellos dijeron que soy buena, si es así alguien más se fijará en mi talento y habilidades.

«Nadie querrá a una cobarde en su equipo»

Se me olvidaba el hecho de que todos creen que yo soy un chico, alguien opuesto a lo que quieran. Si llegaba a ocurrir un contrato con otra empresa más, ¿me aceptarían? ¿Querrían arriesgarse con una jugadora como yo? ¿Harían lo mismo que Alex?

En mi cabeza hay tantas preguntas a las que quisiera encontrarles una respuesta.

Sea lo que tenga que pasar, eso se vería en el futuro.

El elevador abrió sus puertas una vez y en ese preciso momento, Levi hablo de nuevo.

—¿Por qué te vas? —sonaba aburrido y divertido con la situación— Tenemos que resolver la dichosa trampa que acabas de comentar.

Mis ojos se abrieron.

Una emoción indescriptible subía y bajaba por mi cuerpo.

—¿Eso quiere decir que me crees? —pregunte, casi en un susurro.

—No, pero tampoco seré tan imbécil como para no darte el beneficio de la duda y demostrar si es verdad o mentira.

Mientras revisamos los videos, la partida comenzaba a sentirse rara. Todo está muy bien producido, pero hay algo que no cuadra. El jugador se mueve mucho, mientras que la cámara es rígida, casi como si estuviera controlada por alguien. Levi, que estaba a mi lado, cada cierto tiempo regresaba el video. Yo me sentía ya mareada, repetía las escenas que se grabaron mínimo unas ocho veces. Mis ojos ardían, necesitaba quitarme los lentes de contacto y ponerme los otros.

No sé en qué momento ya había oscurecido, las luces de la habitación solo se encendieron al sentir la poca falta de luz dentro de esta. Estuve a punto de quedarme dormida unas tres o cuatro veces, pude hacerlo si no fuera porque alguien empezó a llamarme con insistencia.