Capítulo 4 | Tres Opciones

79 8 0
                                    

Eris Cohen

Hoy, después de cenar subí a mi habitación y justo en ese momento me entra una llamada de Padme.

—Hoy, media noche, cementerio de Asfil. Lleva una pala, linterna, tapabocas y guantes de látex —dice nada más descuelgo—. ¿Y crees que puedes conseguir una escalerilla?

—¿Mataremos a alguien? —pregunto asombrada.

—¡No! —contesta exaltada—. Abriremos la tumba de Zacharias Brown.

Sonrio ampliamente como cuando a una niña le regalan un dulce.

—¡Esto definitivamente es mejor que las pijamadas que solíamos tener! —exclamó emocionada.

(...)

Unas horas después estábamos en el cementerio de Asfil, profanando la tumba de Zacharias Brown mientras Padme me contaba sobre su encuentro de los novenos y su conversación con Damián.

Habíamos llegado hace media hora, Padme esta convencida que los artículos de Brown están enterrados con el.

—A mi me agrada como se expresa Damián —dije finalmente después de que ella terminara de contarme toda su conversación—. Después de todo no te dice nada que no sea cierto, el dilema es cómo acabar con tu moral tan rápido.

—No acabaremos con nada —responde de mala gana.

—Pero en eso Damián tiene razón, escogiste su vida al quedarte. ¿Y por qué hacerte la reina de la moral ahora?. Bien, matar esta muy mal, sí, eso es precisamente lo que nos enseñan, lo que aprendemos, pero si nadie nos dijera que es un error, lo haríamos —le dije enterrando la pala en la tierra, es que entiendo a Damián más de lo que me gustaría—. Te lo voy a explicar mejor, debes respetar a un musulmán por sus creencias, ¿cierto?. Y no lo juzgas por creer en Ala porque esa es su cultura, ¿cierto?. Bueno, así mismo es Damián, como otra religión, como otro género sexual, como una cultura distinta. Existe y de algún modo debes respetarlo, porque así fue criado, en este caso, así nació. ¿Me has entendido?

Sabía que no había sido mi respuesta más racional, sin embargo jamás la admitiría. Tal vez, estaba intentado justificar mis instintos más bajos y mis pensamientos retorcidos.

Padme simplemente asintió muy despacio y permaneció pensativa.

Pasamos más de dos horas cavando hasta que tocamos el ataúd. La anticipación y adrenalina corría por mis venas, estaba profanando un cadáver, juntas quitamos la tapa y el desagradable y putrefacto olor nos golpeó.

Me quedé embelesada viendo el cadáver, todavía no estaba en su máximo nivel de descomposición, algunos huesos estaban a la vista, los gusanos recorrían sus extremidades a su gusto, los dedos de las manos ya no tenían carne, era tan...

Padme me saco de mi trance diciendo que lo revisara, me negué al instante, a pesar de todo no me atrevería a tocar un cadáver lleno de gusanos. Padme propuso que lo hiciéramos las dos, así que me reajuste los guantes de látex y me agache a buscar.

Lo revisamos de pies a cabeza hasta que metí una mano en el bolsillo y saqué un trozo de papel.

Era el artículo, pero estaba en Inglés, lo revisé hasta que escuchamos el ruido de una motocicleta acercándose. Padme y yo nos quedamos tiesas por un momento hasta que subimos por las escalerillas, apagamos las linternas y nos escondemos detrás de las lápidas.

La motocicleta pasó por el agujero que excavamos pero no le presto especial atención.

Nos cagamos del susto cuando un miembro de la manada se Damián apareció tras nosotras, Archie.

Eris Hanson [La historia de una Traidora] -Fanfic de DamianWhere stories live. Discover now