29|| Patrick Verona y El Guasón

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Toqué la puerta donde vivía Aidan, espere unos segundos y Estefany fue quién me abrió, me cerró la puerta en la cara, mi boca se abrió totalmente indignada por lo que habia hecho, toqué de nuevamente la puerta después de unos segundos de nuevo la abrió,  me miró de abajo para arriba y yo la mire mal, me sentí un poco intimidada y solo me dijo:

—Aidan está en su cuarto— me dió la espalda.

Y eso me confirmó que posiblemente no le caiga del todo bien.

Cerré la puerta detrás mío y fui al cuarto de Aidan, su cama estaba repleta de toda su ropa, su armario está abierto, tenía una escoba en la puerta y él solo estaba con un short puesto y con el cabello mojado.

—Hola— dije viendo todo.

Aidan me miró y me sonrió dulcemente, como si no hubiera tenido hace dos segundos una cara de estrés total mientras miraba toda la ropa.

Se acercó a mí, me dió un beso y antes de eso se puso un polo.

—Estoy limpiando mi cuarto, era todo un desastre.

Asentí con la cabeza confirmando lo que había dicho y me senté a un lado de la cama donde no había ropa.

—Creo que a Estefany no le caigo— dije y le pase un polo que me pidió. 

Él empezó a doblarlo, me miró y soltó un bufido.

—¿Cómo no le vas a gustar si tu eres un amor?— dijo con ironía.

—¡Lo sé! ¡pero me tiró la puerta en la cara y me miró mal!

—¿Y no le dijiste nada?

—No.

Me miró de nuevo, pero con una mirada de reproche.

—No lo sé— dijo—, ya me había dado cuenta, pero como no te había tratado mal, no lo creia necesario hasta ahora, ella es la amiga de Candy.

—Ah.

No entendí. Que tenía que ver Candy, ella no debió tratarme así y yo no debí dejarla que lo hiciera. Error mío. 

—Luego voy a hablar con ella, pero tú— me señaló— no toleres que te traten así.

—¡Lo sé!

—Entonces si lo sabes no lo permitas, es mi mejor amiga y todo, pero no me agrada la forma como te trato.

No dije nada más, para no ser más grande el problema, prendí mi celular y puse un poco de música, mientras me disponía ayudar a Aidan. Yo le entregaba los polos, pantalones, shorts para que él las doblará y nuevamente me las daba para dejarla a un lado.

Aidan me empezó de hablar sobre la película que había visto en la noche, me dió un resumen, su opinión y luego una crítica de esta, yo lo escuchaba mientras lo observaba, veía como movía sus manos explicando un poco el escenario, fruncia su ceño cada vez que algo le pareció mal en la película y su sonrisa cuando recordaba algo que le dio gracia.

—Le pongo un tres de cinco— dijo y asentía con la cabeza—, me hizo pasar un buen rato, pero sin duda alguna no me la vería de nuevo.

—Y ¿qué película verías siempre?

—Las de Batman, pero si quieres saber por cual me gusta, es del 2008, claro si eres un crítico— se río un poco.

—Ya pero yo no soy un crítico soy tu novia.

—Bueno, igual—dijo mientras me sonreía, se acercó a mí y me dejó un beso en los labios—, y tú ¿Cuál es la película que ves siempre?

—Bueno, siempre veo 10 cosas que odio de ti, hasta mis padres ya se la saben de memoria.

Aidan me miró como si recordará algo.

—Creo que el actor de esa película hizo de El Guasón en la película de Batman.

—¿Heath Ledger?

—Si, creo que era él.

Le sonríe, supongo que debe saber que el actor ya falleció.

Cuando toda la ropa ya estaba doblada, me di cuenta que había más pantalones que camisas, solo había dos camisas de manga corta de color celeste y blanca, estaba tan acostumbrada a ver muchas camisas, eso era lo que abundaba en el armario de mi padre.

—¿Por qué no tienes tantas camisas?

—No me gustan, me incomoda cuando las tengo puesta.

—¿Desde cuando no te has puesto una?

Él hizo un ademán con su mano.

—Hace mucho, que ni lo recuerdo.

Ayude a guardar lo ropa de Aidan mientras que él empezaba limpiar su mesita de noche y cómoda, luego ordenamos la cama, limpió las ventanas, barrió y trapeo el piso.

Los dos caímos en su cama cansados, aunque en realidad yo había hecho poco, Aidan con sus brazos estirados, soltó un leve quejido y yo me acomodé para verlo.

—¿Qué pasa?

—No fue una buena idea bañarme antes de limpiar.

Le sonríe mientas negaba la cabeza, lleve una mano a su mejilla, dándole leves palmadas.

—¿Vas a ir a bañarte?

—No, estoy cansado— dijo mientras me sonreía, a mí me encantaba verlo cada vez que lo hacía.

Aidan me agarró de la cintura jalandome hacia él, besándome con paciencia y tranquilidad, los dos disfrutabamos del momento, sus besos, ya no eran solo en mis labios sino también, en mi cuello, mentón, mejilla y cerca de mis orejas, creando un sendero de estos.

—¿Intentas seducirme?— pregunté, cuando su mano, recorría cada parte de mi cuerpo, sin pudor alguno, pero de una forma delicada, haciéndome sentir deseosa de más.

Él fue nuevamente a mis labios, y mordió ligeramente, el labio inferior, de una forma tan provocativa, haciéndome soltar un leve grito.

Me sentí avergonzada en hacerlo, y mire la reacción de él, tenía una sonrisa en sus labios.

—Y ¿Lo estoy logrando?

Solté un suspiro, verlo así, su cabello su cabello cayendo, sus labios rojos y sus pupilas totalmente dilatados, Aidan era tan guapo.

—No— dije, sabía si seguíamos, no lo iba a disfrutar, me sentía nerviosa y no estaba segura de lo que iba hacer, así que preferí alejarlo.

No quería hacer nada sintiendome presionada.

Aidan solo hizo un leve puchero con sus labios, y asintió entendiéndome, dejando un pequeño beso en mi frente.

—¿Vemos una película?

Sonríe emocionada.

10 cosas que odio de ti.

—Batman.

Los dos nos soltamos a reír.

—Juguemos Yan Ken Po y el que gane vemos su película—dijo Aidan, asentí.

—Me parece justo, tres rondas.

Los dos nos sentamos en la cama, preparándonos, parecia que esto dependia nuestra vida, los nos pusimos serios y decidos en ganar.

—¡Yan Ken Po!

Cigarrillos de Amor [✓] A.GDonde viven las historias. Descúbrelo ahora