3O|| Sacando información

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Me mire al espejo, era él tercer vestido de novia que me probaba, me iban a comprar uno, no me lo iban a confeccionar, y yo estaba de acuerdo con eso, pero de alguna u otro forma esto era demasiado para mi, era agotador en todo los sentidos.

Este vestido era el más hermoso y el más adecuado según yo, era simple, dejaba los hombros descubiertos y no llegaba al piso, haría que los tacos se vieran, mi mamá se quedó observando el vestido mientras yo lo tenía puesto, esperaba una reacción, se acercó a mí acomodó mejor los ganchos que tenía detrás mío para sostener el vestido y asintió con la cabeza.

—Esto es lo que estábamos buscando—dijo con una sonrisa en los labios, la señorita que nos estaba atendiendo, elogiaba nuestro buen gusto, mientras toma nota a las medidas.

Yo fingí una sonrisa, lleve una mirada al espejo y luego a mi madre, los ojos de nuevo me ardieron y aguantaba que las lágrimas no salieran, ella me miró con tristeza, le pidió a la mujer que saliera, me dió un abrazo, aquel abrazo parecía que ella buscaba pedirme perdón por lo que estaba pasando, pero en realidad solo me pidió que mi quitará el vestido para irnos.

Obedecí, a lo que me pidió, le entregué el vestido para salir el local y subí al auto, mientras esperaba a mi madre, mi mente estaba divagando, como si estuviera pensado en algo, pero en realidad no lo hacía.

—____—llamó mi madre mientras movía lentamente mi hombro.

La mire, no me había dado cuenta que ya había entrado.

—Lo siento estaba... pensando— dije y encogí mis hombros.

—Si, me di cuenta, te decía que si quieres ir al centro comercial, estamos cerca, podemos hacer algunas compras y comemos algo ¿Qué te parece?

—No sé, si tú quieres—dije dudosa.

Y al parecer si quería ir.

Luego de haber entrado y comprado en algunas tiendas, fuimos a comer, entramos a un restaurante de comida china.

—¿Cuéntame algo ___? Hace tiempo que tenemos una conversación de madre e hija— dijo y me miró ansiosa a que le dijera algo.

La mire dudosa, buscando la trampa en lo que acababa de decir. Mi madre y yo teníamos una comunicación efectiva, o eso pensaba yo, siempre le contaba lo que me pasaba en el colegio, lo que me beneficiaba y lo que no, no se lo decia.

—Mmm, creo que todo esta normal— dije mientras tocaba las servilletas con un solo dedo.

Ella puso una mirada de decepción, me sentí mal, posiblemente si quería tener una buena relación entre madre e hija.

Solté un suspiro cansado, para de nuevo hablar.

—En el colegio ha pasado algo...— los ojos de mi madre brillaron, esperando que contará más.

Yo comencé en hablarle lo que pasaba en el colegio mientras estábamos comiendo, mi mamá asentía con la cabeza y daba su opinión con lo que sabía.

Salimos del restaurante y caminos un poco más, mientras íbamos hablando de cualquier cosa, poco a poco la conversación se volvía más divertida, más cuando llegamos al auto para ya irnos a la casa. Entonces me di cuenta que necesitaba hablar con ella, necesitaba hablar con mi madre, sin nadie y nada en medio, sin un matrimonio forzado, sin expectativas en ese convenio, sin mis hermanos o padre interrumpiendo, solo ella y yo, conociéndonos más, y saber cosas de ella. En ese momento, había algo en mi que deseaba contarle, contarle sobre Aidan, nuestra relación y saber lo que piensa sobre él.

—Mamá— ella me dio una mirada rápida, dándome entender que estaba atenta a mí.

Me quedé mirándola por un rato y me puse en pensar, y me di cuenta que era mala idea querer hablar sobre Aidan.

—¿Qué pasó?— paro cuando el semáforo estuvo en rojo, mirándome.

—No, nada— dije mientras negaba con la cabeza.

Ella asintió y siguió manejando, luego de unos minutos voy hablar.

—¿Sabes?— dijo y me miró— Tu padre cree que tú escondes algo.

Yo tenia mi celular en la mano, atenta a el, cuando mi mamá dijo eso mi ojos la miraron con miedo.

—Mmm no, ¿por qué?

—Porque sales mucho, y no exactamente con Alissa.

No le dije nada por algunos minutos, ya faltaba poco para llegar a casa.

—Y te pidió que tú investigaras ¿no? Solo hablaste conmigo para saber si lo que decía mi papá era verdad— dije dolida.

La única razón por lo que ella me llevó al centro comercial era para sacarme información, y no para mejorar nuestra relación.

—No.

—Sí.

Ella soltó un suspiro cansado.

—Hable contigo, porque hace tiempo que no hablamos, no por lo de tu padre.

—No te creo.

Ella paró cuando llegamos, parecia cansada de esto, ella odiaba discutir.

—No me creas, me da igual.

—Ves— dije y me saque el cinturón, abrí la puerta—, eres mala, soy tu hija, no una niña que recogiste en la calle, al menos podrías fingir un poco de empatía.

Salí de carro, tirando la puerta fastidiada, entre a la casa y justamente mi papá cruzó el vestíbulo dirigiéndose a su oficina, mi fastidiado se convirtió en enojo al verlo tan tranquilo, como si no hubiera hecho nada.

Me pare frente de él, me olvidé que era mi padre, que debería quedarme callada y demostrarle respeto.

—¿Qué te pasa?

—Te odio, odio tu matrimonio forzado, odio tus ganas de querer más y odio que crees que soy un objeto— mi madre cerró la puerta, la mire— y a tí también te odio.

Di media vuelta sobre mis talones y me dirigía a las escaleras, escuchando los reclamos de mi padre.

—¡___! Te estoy hablando— no le hice caso y seguí mi camino hacia mi cuarto— ¡¿Quién te crees que eres para hablarme así?!

Antes de entrar a mi dormitorio, mis hermanos se asomaron del cuarto de Ariel, los dos tenían una corona en la cabeza y una boa de plumas en el cuello de color rosa y amarilla.

—Y ¿ahora qué pasó?— preguntó Lucas.

—¿Quieres jugar a la fiesta del té?

Cigarrillos de Amor [✓] A.GWhere stories live. Discover now