Blackjack | TERMINADA | ©

Capítulo 26 ༒

Me puse un vestido guinda casual, un muy lindo par de botines negros y la chaqueta de cuero negra que es sagrada para mí porque me salió en un ojo de la cara.

Llevo cada segundo desde que me enredé en esto pensando en que debí haber buscado la manera para librarme, pero ya estoy a medio camino y no pienso retroceder.

Le envié un mensaje a Circe, pidiéndole que me esperara en el centro comercial, porque ni de chiste iba a traerla a mi departamento.

A las seis y media me fui.

La reconocí sin tener que buscarla mucho, su cabello es inconfundible.

Me acerqué, solo que Circe tenía la atención en su teléfono.

—Gracias por venir —dije.

—... —no contestó.

Rodeé los ojos.

—Tenemos que llegar poco después de las siete, nos iremos en cuanto vea que podemos.

—¿Quién nos va a estar esperando? —volteó a verme y me inspeccionó de los pies a la cabeza.

—¿Qué? —pregunté.

—Nunca te había visto sin la ropa de Blackjack.

De hecho, sí, cuando me entrevistó, pero no vamos a discutir eso.

—Solo intenta seguirme el rollo, saldremos de esto y en serio lamento las molestias —hablé.

A pesar de todo, sigue siendo mi jefa y, adjunto al favor, estuvo el permiso para faltar hoy a Blackjack.

Salimos del centro comercial, exactamente a las 7, y fuimos a la cafetería que, de hecho, tenía bastante gente por la semana de inauguración.

En la entrada pregunté por una chica llamada Isabel, cuando me preguntaron si tenía reservación, y me dijeron que ya estaba aquí.

Con todo y mis nervios hasta la garganta, llegué a la mesa donde estaban Isabel y Darcy, con "mi novia".

La primera observó a Circe en cuanto la tuvo enfrente.

—¿Tú eres Circe? —le preguntó Isabel.

—Sí —respondió. La otra sonrió.

—Mucho gusto, soy Isabel, ella es Darcy, mi novia —presentó a ambas.

—Siéntate —le mascullé a Circe para yo poder sentarme también o iba a perder el equilibrio en cualquier momento.

—Entonces... —Isabel recargó ambos codos en la mesa—, ¿son pareja hace mucho?

Miré a Circe y ella a mí.

—No... mucho —respondí.

—Ya. Supongo que entonces están en plena luna de miel, ¿no? Que no pueden vivir una sin la otra —aseguró.

Asentí mirándola.

—Adivinaste —dije.

Isabel no está creyéndose ni un carajo de esto.

Con lo que estoy contando es con que la perfecta falta de interés de Circe respecto a todo lo que la rodea pueda más con la mirada asesina de Darcy.

~ ⚝ ~

Llevamos ya una hora completa aquí y todavía no veo ninguna oportunidad de irme con Circe. Tengo que llevármela de aquí antes de que la poca o nada de atención que me presta haga caer todo mi teatro.

Isabel no volvió a hacernos más preguntas, todo su interés estaba en Darcy, quien hacía por complacerla.

No entiendo cómo esa chica rubia que parece no romper un plato consigue todo lo que quiere sin importarle nada. Debo decir que es impresionante.