luna llena

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- ¡Mira, Yeonnie, empieza a nevar! - grito emocionada Mina mientras trataba de sacar su mano por la ventana par atrapar un copo de nieve.

Tocó el copo con su dedo índice pero este se derritió al tacto, sonrió como una niña pequeña, soltando risillas y alegrando el ambiente, llenando cada rincón de un color amarillo y de un calor hogareño.

Mina era así, su presencia llegaba a pintar cada esquina de las habitaciones, llenando el lugar de su ligero perfume y de sus lindas risillas, alegrando la vida de todos. Mina era la felicidad de muchos, era el sol en la mañana y la luna en la noche, las estrellas y las nubes, cada pequeño detalle que hiciera feliz a alguien.

Era todo.

Nayeon la veía así y no solo era por estar completamente enamorada de Mina, sabía de su buena reputación entre todo el mundo, todos tenían algo bueno que decir de Mina, todos contribuían con un pequeño grano para añadir a las cosas que los había hecho amar a Mina.

¿Cómo no podrían hacerlo? Si tan solo ver sus ojos te provoca muchos sentimientos.

Se sentía muy suertuda al tener a alguien como Mina a su lado. Agradecía mucho el haberse fijado en Jihyo, si no fuera por eso, nunca sus caminos se hubiesen unido. Aunque a veces creía algo contrario, que no importaba que, en algún momento de sus vidas sus caminos se unirían, porque en algún momento tendrían que estar tan enamoradas como ahora.

El amor joven, tan dulce, tan arrebatador, lo vivían en sus pieles con intensidad.

Mina recostó su cabeza en el hombro de Nayeon cerrando un poco sus ojos para así poder descansar algo antes de llegar a su destino, Nayeon siempre recostaba su mejilla contra los cabellos rosados de su amor. Ambos sintiendo el palpitar de sus corazones muy de cerca.

•••

-Ah. - lloriqueo, metiendo sus manos en sus bolsillos y sacando una cajetilla de metal donde escondía sus cigarros. Sacó uno y lo encendió, el cigarro podría darle calor. - Hace demasiado frío.

- ¡Es tan hermoso! - grito Mina a lo lejos alzando entre sus manos cubiertas de lana una bola de nieve. - ¡Mira eso, Seulgi!

Nayeon echó el humo de sus pulmones mientras veía a Mina, con una sonrisa veía como aquella persona llena de luz correteaba por la nieve mientras jugueteana con las bolas de nieve que había formado, jugando un momento con sus amigos mientras su risilla era la música del ambiente.

Era increíble, que la alegría de Mina, le trajo más calor a su cuerpo que el cigarro entre sus dedos.

Con una sonrisa algo boba la miraba, muy enamorada. Muy feliz.

- Vas a desgastar a Mina, pídele una foto, así tienes algo que mirar para siempre. - Dijo Jeongyeon a su lado.

- Cállate y ayúdame a abrir la puerta. - Empujó con su codo a su mejor amiga.

- Tantos años y aún no puedes abrir esa puerta. Tus padres estarían avergonzados. - se burló Jeongyeon.

- Por favor, abran las puertas que me estoy congelado aquí. - se quejó Momo abrazándose a su propio torso.

- Vamos a abrir esa puerta. - susurró Jeongyeon tomando las llaves de las manos de Nayeon.

Nayeon solamente ahogó su risa y evitó burlarse, tomando sus maletas y las de Mina para meterlas dentro. Una vez la puerta fue abierta dejó las maletas en la sala y prendió el aire acondicionado, frotaba sus manos mientras aún tenía la mirada pegada en Mina; era hipnotizante verla tan feliz. Mina desde las afueras le sonrió mientras sacudía su mano.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Dec 30, 2023 ⏰

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