Una historia cortita para las fanáticas de Gojo x Fushiguro. Si llega a gustar, puede que haga una historia más profunda y +18, pero eso ya se verá. Espero y disfruten.
Satoru Gojo estaba cocinando unas tablas de sushi con una salsa de soja con jenjibre, porque sabía que a Megumi le encantaba. Estaba con su respectiva venda en los ojos. Hasta que en un momento se detiene porque puede intuír que Megumi se encuentra mirandolo desde la puerta. -¿Qué pasa Megumi? ¿Tienes algo para decirme? -le dice Gojo sin darse vuelta, comenzando a cortar nuevamente los sushis.
-Años atrás-
Megumi recién había sido adoptado por el señor Gojo, quien se haría cargo de él y su hermana.
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-Bueno niño, este será tu nuevo cuarto, puedes acomodarlo como tu prefieras... tu hermana dormirá al lado, para que no tengan miedo -sonríe Gojo. ¿Este hombre siempre habla con ese tono burlón? Parece que se ríe de nosotros. Es tan escandaloso. -Parece que no sonríes mucho, bueno... ya cambiará ¡Adiooos! -expresa Satoru, cerrando la puerta de Megumi, dejando al pequeño solo en la habitación. ----- -¡Hola! Pequeño Megumi... por fin sales de tu cuarto, no queriamos molestarte - tocando el hombro a su hermanita. -¿Qué prefieres comer? Tienes que estar fuerte porque mañana mismo empezará tu entrenamiento -dice muy entusiasmado. -Sushi. -Oh... me saliste caro, ¡mejor te cocinaré un omelet! Este hombre es desagradable...
Megumi ya con 16 años, entre entrenamiento y entrenamiento, se hacía mucho mas fuerte. Entrenaban día y noche. Él iba creciendo, y veía como su respectivo profesor también lo hacía, ya que la diferencia de edad no era tanta, y de muy buena manera..., notaba como los musculos de Gojo ahora se marcaban en su remera, y ni pensar cuando entrenaban juntos, ver como su transpiración recorría toda su espalda, lo volvía loco. Pero él odiaba tener esos pensamientos. Basta Megumi... ¿qué tienes en la cabeza? deja de mirar eso... *se hace bolita*
