Una historia cortita para las fanáticas de Gojo x Fushiguro. Si llega a gustar, puede que haga una historia más profunda y +18, pero eso ya se verá. Espero y disfruten.
Al otro día, me despierto muy temprano, y el primer pensamiento que se me viene a la cabeza es como lo trate ayer al profesor. Supongo que no me importaría tratar así a los demás, pero me pesa el cariño que le tengo. Salgo de mi habitación a buscarlo y justo dando la vuelta me lo encuentro. Mi corazón se acelera un poquito. -Profesor, necesito hablar con usted -le digo -Que casualidad Megumi, yo también. Me mira con una sonrisa en su rostro. -Ven acompañame.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
A dónde me lleva? Caminamos un rato afuera. Árboles y árboles nos distancian de la escuela. Nos detenemos frente a un banco. -Lo estuve pensando y analizando y llegué a una conclusión -me explica muy tranquilamente. ¿Qué querrá? -Me gustas, Megumi -sigue sonriendo. Como si nada.... ¿¡QUÉ!? Había estado esperando este momento hace años, casi desde que vi por primera vez esos ojos celeste cielo. -¿¡Profesor, qué está diciendo!?- -La verdad -mirandome fijamente. -Y yo sé que te gusto también -dice burlón. No pude evitar estar rojo como un tomate. -Profesor, creo que se esta confundiendo- lo miro perplejo. ¡¿Qué esta diciendo?! -Yo también me pondría muy celoso si te veo con una mujer, sería una furia andante, ahí me di cuenta que te quiero solamente para mí, eres todo mío Megumi-chan -sonríe ¿Cómo seguir después de esto? Realmente no sé como actuar. Me quedo petrificado y hecho un tomate. Algo podía intuír pero nunca pensé que esto pasaría. Esto está mal. No puede ser. Somos dos hombres. De un segundo para el otro, mi sangre hierve y me sonrojo como nunca en mi vida. Me asusta... -No tienes que decirme nada ahora, Megumi... La idea de que me de un beso ya mismo no me disgusta, esos labios detallados, esos ojos celeste cielo me traen loco, y no puedo soportarlo. Pero sé que tampoco puedo estar con él. -¡Voy a desayunar!- atino a decir, y salir corriendo. -Nos vemos Megumin -tan sonriente como siempre. ¿CÓMO PUEDE?