Capítulo 8

202 14 2
                                    


Mi cuerpo se desvanece en el piso, y quedo sentado.
No sé cuanto tiempo habrá pasado, minutos, tal vez horas... pero yo sigo en el piso, ya más tranquilo, pero con mis pensamientos alborotados.
Que él siga tocandome era lo que mas anhelaba. Que sus grandes y frías manos se apoderen de mi, y de todo mi cuerpo... que sus brazos me envuelvan. Que me bese por todos lados. Aunque no sé si estará bien esto, es mi maestro. ¡¡Y no pueden gustarme los hombres!!
Me levanto del piso, y me acuesto en la cama, se me hace imposible salir de esta habitación.

-Flashback-

*Megumi con 10 años*

Practicando solo en el jardín. Blandía su arma de lado a lado.
Cuando descubre que su profesor "padre" Gojo lo estaba mirando desde la puerta.
-¡Bravo! Pequeño Megumi, algún día serás el más fuerte -se acerca para acariciarle la cabeza.
-¿Usted cree sensei? -mira con esa cara sin expresion que a Gojo tanto le gustaba...
-¡Claro! ¿Puedes esperar menos del hijo de Gojo? Y puedes tutearme... acuerdate que soy tu 'padre' -le sonríe felizmente al niño.
Era inevitable sentir algo cada vez que su "padre" (asi es como Satoru le había dicho que le diga) lo felicitaba o lo acariciaba. Sus manos eran enormes, y algo frías, pero eso a él no le molestaba en absoluto.
-Vamos adentro, termino tu hora de entrenamiento, tienes que bañarte -lo levanta y se lo lleva para adentro de la casa.
Después de cenar, Satoru se encargaba de llevar a la niña a la cama, la tapaba y le apagaba la luz.
-Duerme bien, Tsumiki.
-Adiós papi -sonríe tiernamente la niña.
A la hora de arropar a Megumi.
-Descansa Megumi... -se acerca para darle un beso en la frente, pero Megumi se corre.
-No me gusta que me des besos en la frente.
-Okey pequeño gruñon, no lo haré más si no te gusta -sonríe Satoru.
En realidad Megumi amaba que su profesor le de besos, pero la vergüenza le podía más.
-Duerme bien Meg... -y se va.

--------

Narra Megumi.

Me despierto y sigue siendo de noche. Me quedé dormido.
Soñé con un recuerdo mío. Agarro el reloj y me doy cuenta que me dormí 30 minutos.
Apenas despierto recuerdo todo lo que pasó. El calor vuelve, pensando en lo sucedido hace unos minutos. Mi respiración se agita, recordando como me tocó, como bajo desde mis pezones, hasta mi ombligo, dando besos tan mojados.
No puedo evitar que mi miembro se eleve.
Agarro mi miembro para poder tocarlo de arriba a abajo, suavemente, pero sé que quiero que lo haga él.
No puedo más....
No aguanto más...
Necesito que el se apodere de mi. Con toda su integridad.
Al diablo...
Me paro de la cama, todo transpirado, mi cuerpo hierve como nunca. Salgo de la habitación, decido a terminar con esto.

Mi profesor...Where stories live. Discover now