diez

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Los días volvieron a ser cada vez más intensos. La rutina de volver a clase, madrugar, llegar a casa a las tantas -tras estar en la biblioteca haciendo de todo menos estudiar- había vuelto, y, aunque su amistad con Martin, si es que podía llamarse así, seguía su curso, casi no se veían.
Compartían alguna sonrisa en el pasillo; Martin se lo encontraba cenando en la cocina y le preguntaba por su día, se mandaban mensajes de ánimo cuando eran conscientes de que les esperaba un día duro en clase, pero nada más. Juanjo sabía que su carrera demandaba parte de su tiempo, tiempo que también debía compaginar con sus amigos; con Bea teniendo problemas con una asignatura y Álvaro pidiendo consejo y apoyo emocional constantemente ahora que se estaba viendo con Paul.
Sentía su cerebro frito. Sus últimas neuronas pidiendo auxilio.

Volvía de la residencia de Álvaro, después de dos horas ayudándole a elegir lo que se iba a poner para salir a cenar, sólo para terminar eligiendo lo primero que se había probado. Llevaba desde las siete de la mañana sin pisar el piso, y lo único que le apetecía era ponerse el pijama e irse a dormir.

Cuando entró lo primero que escuchó fueron risas, y un fuerte olor a palomitas de mantequilla que era evidente desde el rellano. Su estómago rugió a pesar de que había merendado hacía escasas horas.
Martin se encontraba sentado en el sofá, vestido de chándal y con Chiara a su lado, con un cubo de palomitas entre ambos. Se giraron para sonreírle cuando lo escucharon entrar, ella levantándose y dándole dos besos. Al menos a ella parecía agradarle más que a Ruslana. Juanjo dedicó una sonrisa a Martin, quien se la devolvió al momento, permitiéndose por un momento pensar en lo relajado y despreocupado que se veía el vasco.

–Parece que os ha ido bien la revisión, entonces.– Les dijo sonriendo.

Juanjo había mandado un mensaje a su compañero nada más levantarse. Un simple "mucha suerte hoy", al que Martin había respondido con un "gracias" con miles de eses y emojis de flores y corazones. Había rodado los ojos al darse cuenta de la sonrisa que se le había formado de solo ver la respuesta tan colorida.

La cosa era que varios días antes se habían encontrado en el pasillo, Juanjo preparado para salir a comprar un par de cosas y Martin entrando al baño. El mayor había decidido preguntarle por su día, y a Martin le había parecido buen momento para desahogarse y decirle que a Chiara y a él les habían suspendido el examen por el que más habían estudiado en todo el cuatrimestre. Juanjo sugirió la revisión.

–He suspendido más de un examen y la revisión me ha salvado. La clave de la vida es dar pena. Sonará mal pero eso y hacerte el tonto te lleva adonde quieras.– Martin había soltado una carcajada y le había dicho que se lo pensaría.

Horas más tarde le había sonado el móvil:

Martin:
en dos días tengo la revisión :p
Leído 22:34

Juanjo se puso un recordatorio en el calendario para que no se le olvidase desearle suerte, aunque cuando Álvaro le preguntó el motivo de la notificación el día de antes, se limitó a encogerse de hombros y decirle que sería por el cumple de alguno de sus tíos. Nadie tenía por qué enterarse.

–¡Súper bien! Yo he conseguido cuatro décimas más que es lo que necesitaba, pero, ¡Martin ha sacado un punto!– La chica lo miraba orgulloso, Martin sonriendo y pasándose una mano por el pelo.

–Suerte del principiante, supongo.– Se encogió de hombros. Juanjo negó con la cabeza.

–Bueno pues..., pasadlo bien, yo voy a irme a dormir, estoy muerto.– Vio cómo la amiga del vasco fruncía el ceño, él inclinándose para decirle "sarcasmo, Kiki". Sonrió.

–Nosotros íbamos a ver El diario de Noa, quédate si quieres.– Le dijo Martin antes de que pudiese darse la vuelta.

–¡Sí! Lloramos por Ryan Gosling todos juntos.

am i homophobic? - juantin Where stories live. Discover now