once

4.2K 214 37
                                    

La promesa que Chiara había dejado en el aire una semana atrás se materializó al viernes siguiente, con Álvaro aliándose con la chica y haciendo un grupo de WhatsApp donde estaban todos, para acordar una hora y un lugar en el que verse. Juanjo estaba de los nervios.
Se había propuesto ignorar a Martin todo lo posible. Hacer como que no pasaba nada. Hacer como que esta última semana no había sido la peor de su vida porque cada vez que se cruzaban lo único que le apetecía era declarársele. Desde lo del sofá, la noche que vieron la peli, fue consciente de que sus sentimientos sólo iban a crecer, y tener que ver a Martin todos los días cada vez se le hacía más cuesta arriba. A veces hasta deseaba volver al principio, cuando ambos intentaban ignorarse, sólo saliendo de sus habitaciones cuando era evidente que el otro no estaba por allí.
Estaba hecho un lío. No quería perder su amistad, no quería que dejasen de llevarse bien, pero a la vez estaba deseoso de besarlo otra vez, de contarle todo a sus amigos a pesar de que se meterían con él durante días. Si todavía no lo había confesado era porque la confesión en voz alta lo haría todo real. No habría vuelta atrás, y estaba convencido de que sus amigos le presionarían para que se lo dijera al chico. Ya lo habían hecho otras veces, aunque no podía quejarse cuando Bea y él hicieron todo lo que estuvo en su mano para que Álvaro fuese claro desde un primer momento con Paul.

Vio los mensajes compartidos en el chat, ya con la hora y el lugar decididos y su estómago se revolvió. Le apetecía tanto salir de fiesta pero le apetecía tan poco cagarla de nuevo por culpa de sus impulsos. Chiara había dejado clara su emoción con miles de emojis y exclamaciones, mientras que Ruslana se había mostrado más distante, pero maja con sus amigos. Martin solo había puesto un pulgar hacia arriba que había hecho a Juanjo sonreír, y acto seguido le había hecho querer saltar por la ventana. Era imposible que un emoji que usaba hasta su padre fuese capaz de provocarle un cosquilleo en el estómago. Necesitaba ayuda urgente.

Su móvil sonó sobresaltándolo, una videollamada grupal de Álvaro y Bea. Contestó de mala gana.

–¡Maricón!– Le saludó Álvaro, Juanjo bufó ante la ironía de que antes siempre le molestase su uso de la palabra.– ¿Qué vas a ponerte?

–Ni idea.– Dijo encogiéndose de hombros, buscando un sitio en el que apoyar el móvil para tener buena vista de sus amigos. Bea no estaba en pantalla, su móvil enfocando el techo.– ¿Y Bea?

–¡Estoy aquí! Me estoy maquillando.

–¿Vosotros qué vais a poneros?

–Yo voy normalito,– contestó su amigo.– No quiero destacar que ya tengo hombre, más para ti, Juanjo.– El nombrado rio incómodo.

–¿No se viene Paul?

–Qué va, el friki se va a pasar toda la noche jugando al Lol, mira que he intentado convencerlo.

–A lo mejor te da una sorpresa de última hora.– Soltó Bea. Álvaro rodó los ojos.– Yo se lo he dicho a Clau pero no puede, tiene que ayudar a su madre con no sé qué.

Acabó decidiendo con la ayuda de sus amigos, unos pantalones anchos de vestir y una camiseta negra de tirantes bajo una chaqueta vaquera. La camiseta era de Álvaro, que tenía más de una cosa en su armario, acumuladas por las veces que se había quedado a dormir y se había ido olvidando ropa. Habían colgado, diciéndose que se verían en menos de media hora, y justo alguien había tocado la puerta de su habitación.

–¿Juanjo? ¿Estás ya?– Martin. Juanjo respiró hondo, imaginando que se daba una palmadita en el hombro animándose a sí mismo. Abrió la puerta, encontrándose al vasco vestido con una camisa con los primeros botones desabrochados y unos pantalones anchos. Tragó saliva audiblemente, mirándolo de arriba a abajo. Martin carraspeó.

am i homophobic? - juantin Место, где живут истории. Откройте их для себя