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Nueve meses, y Taeyong despertó con Jaehyun acariciando su vientre y besando su rostro, como cada día.

El aroma a fresas se estaba agudizando con el pasar de los días, dando a entender que no quedaba nada para que la pequeña niña naciera.

Visitaron a una bruja para que les ayudara a escoger el nombre de la pequeña, y así fue cómo llegaron a la idea de Minji, la cual tendría fecha de nacimiento dentro de una semana.

Jaehyun dejó de asistir a la empresa hasta que el bebé naciera, y trabajaba desde casa. Pero la mayor parte de su tiempo la pasaba junto a Taeyong, olvidando el trabajo, solo disfrutando el embarazo.

Las empleadas habían vuelto de sus vacaciones, las tres estaban encantadas del vientre de Taeyong, quien con una sonrisa las recibió. Y por la noche, cuando Jaehyun estaba en la oficina, Taeyong junto a las tres empleadas estaban hablando en la cocina. La pareja estaba contenta de que Taeyong estuviese sano, aunque durante las vacaciones que tuvieron siempre llamaban, Lee nunca les contó que estaba en una relación con el Alfa.

—¿Y?— Preguntó la Omega.

—¿Y qué?— Taeyong respondió.

—¿El señor Jeong ya te reclamó como suyo?

El sonrojo de Taeyong fue una evidente respuesta, y en respuesta las tres chillaron.

—Sabía que esto pasaría.— La señora Kang habló. —Lo presentí desde que llegaste, Taeyong.

—¡Cuéntanos, Taeyong! ¿Cómo pasó?

—Bueno, yo...— Y Taeyong les cuenta.

Fue cuando Taeyong estaba ayudando a Jaehyun con unos cálculos cuando sintió un fuerte dolor en su vientre.

—Entonces, súmale a eso la cantidad de sueldo de los auxiliares, y réstale...

—Jaehyun.— Taeyong lo interrumpió, y tan solo con ver la cara adolorida de Taeyong entendió a qué se refería, finalmente había llegado el día.

Se puso de pie rápidamente y se arrodilló frente a Taeyong, quien sólo dijo un pequeño "Ya viene" antes de que Jaehyun entrara en acción, cargó a Taeyong en brazos y caminó rápidamente al auto con el corazón a mil por hora. Su hija estaba por nacer, sería un momento único en su vida, conocería a la persona dentro de Taeyong quien le alegraba la vida día a día.

Llegaron al hospital, uno de alto rango, pagado a medias entre Taeyong y Jaehyun. El Omega lloraba del dolor al ser subido a una camilla, y con sus manos entrelazadas se encaminaron a la sala de revisiones. —Estarás bien, mi amor.

Taeyong asintió, y tras unas horas llenas de caricias por parte de Jaehyun, fueron llevados al pabellón.

La inyección en su espalda fue lo que más le dolió, Taeyong se aferró al cuerpo del Alfa como si fuese lo único que podría salvarlo de aquel dolor.

—Taeyong, cariño...— Dijo cuando lo vio llorar de los nervios y del miedo. Consiguió la calma una vez el médico indicó que todo estaba en orden.

Los médicos trabajaban observando su vientre con extremo cuidado, mientras que Taeyong ya podía respirar mejor debido al Alfa junto a él.

—¿Cuándo supo que estaba embarazado?— El médico preguntó tras una hora pasando en cirugía, intentando hacer el espacio más ameno.

—Cuando tenía tres semanas— Taeyong respondió, ya más tranquilo.

Eran conversaciones simples, la mayoría eran contestadas por Jaehyun al sentir los nervios de Taeyong.

—Ya nació.— Fue lo que se escuchó tras una hora y media, antes de que un llanto llenara la habitación.

Jaehyun sonrió increíblemente feliz, mientras que Taeyong lo imitó.

La bebé fue limpiada antes de ser llevada al pecho de Tae3, quien comenzó a llorar al ver a su pequeña con sus manitas y ojos cerrados, su pequeña boca abierta en busca de desahogar aquel llanto que le provocó el respirar por primera vez.

—Minji, mi amor.— Llamó Taeyong, sin poder quitar su sonrisa emocionada de su rostro. —Tus papás están aquí.

Jaehyun no podía evitar sentir toda aquella nostalgia de las noches en vela, el enamorarse, las peleas... todo había valido la pena porque ahora podía ver a quien su corazón denominaba su hija.

Y lloró.

Él no llora frente a las personas, pero su Alfa necesitaba expresar la emoción que sentía, abrumado ante las emociones de ver a su pequeña por primera vez.

—¿Puedo cargarla?— Habló con voz quebrada.

—Claro que si, Jae.

Y lo hizo, Jaehyun recibió en sus brazos a la pequeña Minji, y sonrió como nunca antes lo había hecho.

Sentía su pecho agitarse fielmente a la pequeña, su diminuto cuerpo comenzando a calmarse en sus brazos, y sintiendo el aroma de su papá, su llanto cesó de a poco.

Podría no ser su hija de sangre, pero estuvo presente en la mayoría del embarazo, y la amaba a ella y a su padre, ¿A quién le importa la sangre? Padre es quien cría, y se encargaría de que su niña sea la mejor princesa del mundo.

Bebé [Jaeyong]Where stories live. Discover now