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Como Becky ya lo esperaba, Freen no se veía entristecida por irse, metía solo algunas prendas que había usado en la mochila y sus zapatillas también iban dentro, después de todo no los iba a necesitar, estaba segura que un closet completo la esperaba con ropa fina y elegante.

La sonrisa emocionada de la castaña entristecía más a la rubia, no entendía porqué había tenido esa pequeña esperanza de que Freen se haya encariñado con ella, se sentía una tonta.

—¿Quieres... que te lleve en mi bicicleta? — se ofreció Becky, inconscientemente quería hacer más tiempo para estar con ella.

—No te preocupes — colocó su mochila en su espalda — mi padre envío un auto — había recibido un mensaje en cuanto Becky le había entregado de vuelta su celular.

—Está bien...— jugaba con sus manos — ¿Quieres que te acompañe? — volvía a pedir.

—No, Becky — giró a verla con una sonrisa — pero gracias — tomó su gorra, la bocina que provenía de afuera le dio aviso que habían llegado por ella, ambas se miraron por unos segundos, Freen sonrió con nostalgia y sin decir nada, abrazó por los hombros a Becky — Gracias. — susurró sin separarse.

Becky, dudosa, rodeó su cintura con sus brazos y sonrió de igual manera, sabía que iba extrañar pasar sus días con ella, no sería igual con tan solo trabajar en su jardín.

Freen se alejó, bajó la mirada apenada y sin atreverse a mirarla, se dirigió directo a la puerta, saliendo de la casa de Becky.

La rubia se quedó mirando la puerta, sintiendo nuevamente ese vacío en el centro del pecho.

—Buenos días, señorita — saludó el chófer — un gusto volver a verla.

—Sí, también — asintió sin darle mucha importancia, su mirada estaba en el vecindario, los que habían sido sus nuevos vecinos y el puesto de Doña Mee que se veía a lo lejos, aún cerrado — Conduce — ordenó, iba a extrañar aquel lugar.

El auto comenzó a avanzar y detrás de ellos venía otro camión, en ellos estaban todas sus mascotas que no entendían lo que estaba pasando.

Estaban casi todos, menos uno es especial, Becky se había quedado con Federico, el pequeño gallo sin plumas que no la dejaba en paz, se había encariñado y le prometió a Freen cuidar de él.

***************

Irin caminaba por los pasillos del último piso, cuando vio a Jannine retirarse al ascensor junto a su bolso. Se apresuró a alcanzarla y deteniendo el cierre de las puertas con su mano, vio extrañada a la rubia quien ya estaba dentro.

—¿A dónde vas?

—Tengo que irme — respondió tranquila — mi amiga regresa y tengo que recibirla, si me disculpas —   volvió a presionar el botón, pero Irin no se quitaba de la puerta — ¿Qué haces?

—No puedes irte en pleno horario laboral — respondió con duda.

—Soy parte de los inversionistas, no soy tu empleada — respondió seriamente — ¿Puedes retirarte? — empujó levemente a Irin fuera del ascensor, pero vio extrañada como la pelimarron ingresaba a su lado antes de que las puertas se cierren.

Decidió ignorarla y esperó a que el ascensor baje.

Irin la observó de reojo y notó que estaba hablando con alguien por mensajes, se sintió incómoda cuando la vio sonreír.

Jannine detuvo su sonrisa cuando escuchó el sonido de una notificación en Irin.

La pelimarron sacó su celular y también sonrió al ver el mensaje, de inmediato se puso a responder.

Lovesick Girls - Adaptación [FreenBecky]Where stories live. Discover now