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Todo parecía tranquilo cuando Becky salió del despacho, pero cuando vio a muchos de los empleados correr fuera de casa, supo que algo no andaba bien, tuvo que ir detrás de ellos.

Frenó sus pasos cuando a lo lejos vio a Freen y Nam peleando en la hierba, no dejaban de golpearse y de patalear a pesar de que intentaban separarlas.

Salió de su asombro y corrió directo a ellas, abrazó a Freen por la espalda y trató de alejarla, pero la castaña no soltaba a Nam de su chaqueta.

—¡Freen! ¡Detente!

—¡Déjame! ¡No te metas en esto! — volvió a caer sobre Nam y esta vez aprovechó para meter pasto dentro de su boca — ¿¡A qué te supo!?

—¡Freen! — volvió a abrazarla pero esta vez jaló con más fuerza, cargándola, Nam escupía toda la hierba con asco.

—¡Becky! — gritó con enojo — ¿¡No ves que estoy ganando?! ¡Déjame! — comenzó a patalear.

—¡Cálmate! — Becky la dejó en el suelo y fue más rápida que la castaña, la giró y la echó directo a su hombro, la cargó y la llevó como siempre lo hacía cuando andaba de terca.

—¡Bájame! — se removía — ¡Te salvaste por ahora! — advirtió a Nam — ¡La próxima nadie te salva! ¿¡Oíste?! ¡Te va a ir peor!

—¡Ya cálmate, Freen! — Becky advirtió.

Nam se dejó caer al suelo completamente exhausta, su ojo izquierdo estaba morado y tenía muchos rasguños en la cara, su labio aún sangraba levemente y su mejilla estaba roja por todas las bofetadas.

Ya estaba recibiendo ayuda por parte de los demás empleados.

—¡No la ayuden! — advirtió Freen a lo lejos — ¡Échenla de aquí! ¡No la quiero ver en mi propiedad!

—¡Freen! — regañó Becky.

—¡Tú no te metas y sigue caminando!

Nam se puso de pie y agradeció a los que quisieron ayudarla, miró una última vez a Freen y ella le enseñó el dedo del medio.

La pelinegra bufó y se dirigió a la salida, buscaría a Becky en otro momento.

Becky entró a la casa con Freen en su hombro y se encontró con el señor Chankimha, él solo asintió cuando la rubia señaló arriba, dónde quedaba el cuarto de Freen.

—¿Te estás divirtiendo, jardinera? — Freen se dejaba llevar — Claro, ¿Ahora te crees dueña de la casa? Ahora haces lo que se te pegue la gana y nadie te dice nada — ingresaron al cuarto de la castaña — Dale, entra, no respetes mi privacidad, pued- — Becky la lanzó a la cama de cara — ¿¡Qué te pasa!? — se sentó con molestia.

Becky se acercó a la puerta y colocó el seguro, se acercó a Freen y tomó su muñeca, la quiso guiar al baño pero la castaña se negó.

—Debemos curar esas heridas — pronunció seriamente.

—¿Y si no quiero? — respondió de mala manera — Vete de mi cuarto, Rebecca, no quiero que estés aquí, no soporto verte.

Becky no quitaba la mirada de ella, no entendía porqué la trataba así, pero ella no dejaría que sus heridas se infecte, tomó nuevamente su muñeca y esta vez la colocó en ambos hombros, cargándola.

—¡Becky! — Freen forcejeó con más fuerza y Becky tuvo que soltarla antes que se cayera, volvió a tomar sus muñecas y volvieron a forcejear, Freen perdió la paciencia y esta vez estalló en enojo — ¡Ya déjame! —  la castaña la empujó con fuerza lejos de ella, dejando sorprendida a la rubia — Para...— Becky notó sus ojos cristalinos — No quiero que estés aquí, vete — ordenó.

Lovesick Girls - Adaptación [FreenBecky]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora