#2 - Sᴀɴ ᴠᴀʟᴇɴᴛɪɴ

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Hoy era San Valentín, una fecha especial para muchos, en especial para los enamorados, donde se resalta el amor y pocas veces la amistad, donde las parejas se regalan flores y se recitan poemas jurando que su amor será eterno.

Un clásico cliché que no se olvida.

Johnny estuvo demasiado emocionado con esta fecha, le tenía listo su regalo a su amado Kenshi. Por otro lado Kenshi se había olvidado de ese detalle y como no haberlo recordado por Kung lao.

—¿Que? —Kenshi estaba hablando por con Kung lao, estaba solo en la casa de Cage ya que este estaba trabajando en su nueva película.

—Por dios amigo, olvidaste la fecha —Se rio negando con la cabeza al otro lado de la línea.

—Mierda, se me pasó. No tenía en mente esta fecha porque nunca la había celebrado —Habló colocando su mano en sus cabellos— Mi primer san Valentín con Johnny… —.

Kung lao levantó una ceja ante el tono de voz del espadachín. No era que le disgustara, pero el simple hecho de utilizar esa voz lo hizo sentirse raro.

—Solo cómprale unos chocolates, tal vez unas flores o peluches, que se yo pero seguro le gusta —Dijo resolviéndole la vida al otro.

—Entendido, gracias —Respondió después de unos segundos para cortar la llamada.

Rápidamente salto de la cama en la que estaba acostado, tiro su celular en las sábanas y prosiguió a ponerse ropa adecuada para salir, se coloco sus zapatos y al arreglarse un poco más salió casi corriendo de la casa e ir directo a las calles.

Caminaba viendo las diversas tiendas de las calles, algunos se le quedaban viendo por estar llevando una espada atrás su espalda. No le dio importancia a eso y siguió caminando hasta encontrarse con un puesto de flores.

Algunas flores eran falsas y eso no le gustó mucho a Kenshi, al parecer estaba indeciso si eso le encantaría a Johnny.

—¿Busca algo para su enamorada? —Preguntó el señor que parecía de 70 años o más —Tal vez le gustaría un par de bombones —Dijo con una sonrisa enseñándole una caja de bombones con fresa.

Kenshi tomó aquella caja para verla, sentó le ayudaba a ver un poco, pudo distinguir la forma de los chocolates, tampoco estaba de acuerdo con eso, quería darle algo mejor. No sabía si lo que él eligiera le gustaría a Cage.

Se despidió y siguió caminando, mientras veía los diversos puestos para San Valentín. Habían flores, juegos, peluches, chocolates y hasta pequeños poemas. Ya le empezaba a doler la cabeza de tanto pensar, se tomó un poco de tiempo y se fue a sentar a un parque cerca.

Quería despejarse un momento en lo que atardecía. Su mirada llegó del cielo despejado a una pequeña tienda que le llamó bastante la atención.

Johnny había llegado a casa cerca de las 9 de la noche, llegó con una bolsita roja con decoraciones de corazón, estaba con una sonrisa de oreja a oreja sabiendo lo que le regalaría. Se sacó los zapatos y colgó su chaqueta en el colgador de la entrada. Anunció que había llegado como todos los días después de su trabajo, no tardó en darse cuenta de que Kenshi no se encontraba en casa.

Subió arriba para comprobar si estaba dormido en la habitación, pero nada, ningún rastro. Intrigado sacó su teléfono y marcó al número de su novio.

El teléfono sonó cerca suyo, Johnny se volteo al ruido para encontrarse con el teléfono bajo las sábanas. Se preguntaba a dónde fue Kenshi, el no era de olvidarse de nada y menos de su teléfono que lo necesitaba, o por que Cage lo necesitaba o para saber dónde se encontraba.

Se preocupo y tenía pensado quedarse a esperar, pero creía que le había pasado algo. Apresurado bajó las escaleras y tomó sus zapatos para colocárselos, agarró su chaqueta y abrió la puerta para salir.

Sorpresa fue la suya al encontrarse con Kenshi apuntó de tomar el tomo de la puerta. Johnny suspiro aliviado y abrazo a su novio con fuerza.

—Idiota, pensé que te había sucedido algo —Dijo con su voz apuntó de quebrarse.

Pasaron unos segundos en los que Kenshi escucho el leve quejido de llanto del contrario.

—¿Estas llorando? —El japonés se separó del actor para verificar si era verdad.

—No... —Respondió sonando su nariz, Cage miró a Takahashi viéndole la cara de incrédulo—. ¡Si! —Y lo volvió a abrazar siendo correspondido.

Entraron a la casa y se sentaron en el sofá con sus regalos en bolsa. Kenshi estaba nervioso, no sabía si le gustaría su regalo.

—El mío primero, Takahashi - Habló Cage con una sonrisa entregándole la bolsa roja.

El japonés sin esperar abrió la bolsa con una sonrisa y un particular tono rojo en sus mejillas. Al sacar su contenido se dio cuenta que se trataba de un pulsera de plata con pequeños incrustados, también en la bolsa habían unos chocolates. Este asombrado por el regalo tan caro que le había dado Johnny quedó sin palabras.

—¿Te gusta? Yo lo elegí, tengo buen ojo —Dijo con una una mueca de alegría, mientras esperaba una respuesta de su pareja.— ¿Qué pasa? Se que es un poco caro, ¿Pero si te gustó, verdad? —Preguntó inseguro.

—Me encanta y es precioso, es solo que… —Sonreía ante la bellísima pulsera, no podía comparar su regalo con el de Johnny.

—Si quieres te puedo comprar otra cosa, no tengo ningún problema - Habló, posó su mano en la de Kenshi.

Kenshi negó con gracia, Johnny era capaz de comprarle hasta un yate si él lo quería. Terminó entregándole su regalo a su novio, este intrigado lo abrió y encontró una pulsera artesanal hecho de tela y cuero juntos.

—Al parecer los dos tuvimos en mente que regalar —Mencionó e inspeccionó con un rubor la pulsera, pudo encontró en una parte del cuero un grabado a fuego.

«𝓟𝓪𝓻𝓪 𝓶𝓲 𝓙𝓸𝓱𝓷𝓷𝔂 »

Cage se giro para encarar a Takahashi, quien no lo veía en su dirección, sólo se quedaba viendo sus manos con un notable rubor en sus mejillas.

—Se que no es mucho —Habló Kenshi y fue interrumpido por un abrazo del contrario.

Estaba confundido.

—¡Muchas gracias, Kenshi! —Decía Johnny con una sonrisa de emoción— ¡Es hermoso! —El japonés no pensó que reaccionaria así, pero estaba feliz.

El actor le dejó besos por todo su rostro avergonzando al espadachín, quien por su lado se dejaba. Esperaba alguna decepción por parte de su novio, más no espero que le gustara una pulsera hecha artesanalmente.

—Te amo mi muñeco Ken —Dijo el estadounidense sonriendo y mirando al nombrado con aprecio.

—Yo también te amo, John —Siguió para propinarle un beso en la mejilla— Feliz primer San Valentín —.

—Soy un hombre afortunado —.

Cage era una persona egocéntrica y nada humilde a la perspectiva de todos, menos en la de Kenshi. El sabía que muy en el fondo era una persona amorosa, y bondadosa de corazón, tal vez su personalidad sea un poco el problema, pero estaba felizmente enamorado por aquel hombre extrovertido y carismático.

Por otro lado, Johnny sabía de la realidad aún siendo un actor millonario y exitoso. A el no le importaba lo barato que sea el regalo que le dieran, nunca lo rechazaría, valoraba la buena intención y eso era lo que importaba.

Eso hacia feliz a su amado Kenshi.

❀By Soy_kichaa

𝐎𝐍𝐄 𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 → 𝐽𝑜ℎ𝑛𝑠ℎ𝑖Where stories live. Discover now