CAPITULO IX

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Por alguna razón, hoy, mientras observaba cómo la primera nevada cubría lentamente la ciudad desde el amplio ventanal de mi apartamento, mi mente retrocedió en el tiempo, recordando la primera vez que nos conocimos. No pude evitar sonreír al pensar en ello, ya que, siendo honestos, no eras tu mejor versión en ese momento. ¿Quién habría imaginado que aquel chico torpe, con lentes, ropa holgada y cabello desordenado, sería el culpable de hacer latir mi corazón tan aceleradamente?

Recuerdo la escena con bastante detalle: el ambiente acogedor del café vintage, el murmullo de risas distantes y el aroma delicioso del café flotando en el aire. Las ojeras marcadas en aquel cajero, sin embargo, lo que permanece imborrable en mi mente es tu mirada penetrante y esa sonrisa cálida que me cautivaron por completo. Fue entonces cuando experimenté, por primera vez, eso a lo que se referían con el amor a primera vista.

SOMBRAS DEL CORAZÓNOnde histórias criam vida. Descubra agora