A medida que crecemos, las decisiones que tomamos moldean nuestras vidas, ya sean buenas o malas, hayamos optado por ellas de manera autónoma o nos hayamos dejado influenciar por el temor a decepcionar a los demás. Son estas decisiones las que nos dan forma, creando un ser fuerte o uno completamente vulnerable, como una marioneta. Yo sería la segunda, pues el miedo, ese maldito miedo a lo desconocido, al juicio por mis decisiones, al temor de decepcionar a los demás o de no ser lo que quieren que sea, me ha convertido en una conformista, o mejor dicho, en una cobarde. Este miedo se filtra en nuestros huesos de manera tan silenciosa y mortal que, cuando nos damos cuenta, ya nos ha invadido por completo, dejándonos vulnerables y expuestos a merced de un fuerte vendaval.
ČTEŠ
SOMBRAS DEL CORAZÓN
RomanceCon frecuencia, forjamos nuestro propio infierno, y el mío ha sido amarte en silencio a lo largo de todo este tiempo
