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Nicolas.




Estuvimos toda la tarde en la playa hasta, jugando futbol tenis o un rato en el agua, los chabones trabajaban jugando a la pelota pero ni en las vacaciones podían dejarla. Cuando empezó a oscurecer volvimos a la casa, con anterioridad arreglamos que íbamos a salir nos habían invitado a una fiesta en la playa, por suerte era privada por lo cual no teníamos problemas con la farándula y todo eso, que aunque no parezca a veces rompe la bolas.

Cuando estuvimos en la casa cada uno fue por su lado para bañarse y prepararse, una vez listo baje, mire hacia el ventanal que daba al patio y estaban en su mundo tomando algo y hablando, mejor dicho estaban organizando el tema "cuidado de los niños" tenían que contratar una niñera y así poder salir. Preferí no meterme en algo que me incumbía así que fui al living, estaba por sentarme en el sillón pero vi a alguien acostado, ni más ni menos que Guada. Estaba media entre dormida, así que le hable para no asustarla.

—Guada... —Abrió sus ojos, se quedo unos segundos recalculando para después girarme a ver, movió su cabeza dándome a entender que me escuchaba. Mordí mi labio y reí para después tirarme encima suyo. Ella pegó un leve grito acompañado de una carcajada. — Lupe, no podes dormir tanto loca... —Murmuré mientras me acostaba encima suyo escondiendo mi rostro en su cuello, coloque mis brazos al costado de su cuerpo y mantuve mi peso en ellos para no dejarlo caer todo sobre ella o iba a terminar aplastándola.

—No estaba durmiendo, estaba pensando con los ojos cerrados... —Habló y sus voz salió algo rasposa, digno de una persona que recién se levantaba. Subí mi vista para verla levantando una ceja a lo cual ella empezó a reírse. — Me vendí sola, bueno loco dormí una mini siesta, tengo que poder bancarme la joda de hoy. —Tomo mi rostro entre sus manos y besó sonoramente mis labios, cuando se separo abrí mis ojos y solamente me quede viéndola con una sonrisa. Me sorprendió que lo haga pero me encanto.

—Sos la bella durmiente, ya te bautizo... —Volví a besar sus labios para después pararme y estirar mis manos hacia ella. — Arriba, dale que un toque ya nos vamos. —Agarro mis manos y se quedo mirándome por unos segundos. — Guadalupe, no me mires así, me haces re mal... —Hablé y negué con mi cabeza, solamente se rio y se levanto. Cuando se paro pude ver bien lo que tenía puesto, esta piba iba a volverme loco. Pase mi mano por su cintura y la acerque a mí, mi otra mano la lleve a su nuca y besé sus labios. — Estás hermosa, muy hermosa... —Murmuré sobre sus labios, di un último beso y gire mi vista hacia el patio donde me llamaban. — Vamos que deben estar organizando todo, se van a ir y sin nosotros... —Tome su mano y salimos, ni bien pise el patio Ale me miro y bajo su vista hacia nuestras manos levantando su ceja. — Traje a la bella durmiente, estaba durmiendo en el sillón. —Ignore la mirada del Papu, Linda se rio y negó con su cabeza.

—Que hija de mil... No podes dormir tanto. —Le hablo a Guada y ella solo se encogió de hombros sonriendo de la manera más inocente posible.

Siguieron hablando un rato, el plan era ir a la fiesta solamente estábamos esperando que llegue la niñera que no tardo mucho en llegar. Cuando salimos Ale me freno y me apunto.

—Si queres que sigamos siendo amigos y este toda piola, ubícate y ojo con lo que haces. —Habló serio y siguió caminando, me quede unos segundos mirándolo y negué con mi cabeza, antes tenías que ser protector Ale, era antes. Tomé aire para después caminar hacia el grupo, Guadalupe me miro mientras hablaba que linda y le guiñe mi ojo para después mirar a Leandro que me hablaba. 

Parecíamos unos nenes de dieciséis años cuando te ibas de viaje con tus amigos y caminabas a la joda que se hacía en la playa, me encantaba esto. 


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Creo.|| Nicolás OtamendiTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang