Miradas |Rinzu|

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Los cuatro chicos se seguían viendo cada que Ran se reunía con sus amigos en la casa de los Sano. Aunque al Haitani le desagradara el hecho de sudar cada que estaba con los otros tres corriendo de un lado el otro le agrada pasar ese rato con ellos durante horas y así no tener que quedarse en una esquina esperando a que su hermano terminara de hablar con sus amigos para regresar a casa. Incluso habían veces en las que se escapaba para reunirse con ellos a escondidas, aunque claramente Ran terminaba enterándose de ello, sin embargo no regañaba a Rindou ya que él en su tiempo también lo había hecho para estar con aquel chico que gobernaba su corazón desde que lo conoció.

Ese día era igual a los demás a diferencia de una cosa, ese día se entero de sus sentimientos hacia el de cicatrices, ese día se cuestiono cientos de veces si de verdad era eso, sin embargo sabia bien como se sentía querer a alguien y como se sentía amar a alguien, eso que el sentía era amor. Como su hermano le dijo una vez "Si las miradas se cruzan, es porque se buscan", ese día no lo tomo en serio, pero ahora viendo como se sentía con el de peliblanco se dio cuenta de que era cierto, claro, al menos de parte de él, ya que sentía el cariño de Sanzu hacia Manjiro, no, no era cariño, era amor, eso era. Guardaría sus sentimientos en lo profundo de su corazón donde nadie pudiera llegar a ellos, a menos que el lo permitiera, y eso no pasaría.

Con el paso de los días Rindou ya no miraba a Sanzu de la misma forma que miraba a Baji, Manjiro, o siquiera su hermano, lo miraba con amor, un amor muy grande para un chico que estaba entrando a la adolescencia, en esa etapa donde todo eran hormonas, desastres y novias, sin embargo, lo ultimo Rindou no lo aplicaría, no, el tenia su mirada en Haruchiyo Akashi, o mejor dicho, Sanzu Haruchiyo.

Lo que Rindou no sabia era que Sanzu se encontraba igual, solo que estaba confundiendo la admiración que le tenia al rubio con el amor que le tenia al de lentes. Sanzu supo que estaba enamorado cuando empezó a actuar de manera más sutil con todos, cosa que el no acostumbraba a hacer. Sanzu estaba enamorado, pero no de quien el creía.

Un par de meses habían pasado ya. Sanzu y Rindou estaban sentados esperando el regreso del pelinegro y el rubio, en silencio hasta que Rindou lo rompió.

- Haru ¿A ti alguna vez te ha gustado alguien? - pregunto nervioso, esperando una respuesta afirmativa.

- Si, un chico, es quien me gusta actualmente, él es tan lindo. - sonrió, dejando una pizca de ilusión.

- ¿Puedo saber si lo conozco? - sonrojado miro a Sanzu con un brillo en los ojos.

- Claro que lo conoces, es Manjiro - miro a Rindou sonrojado. - Manjiro es muy lindo, fuerte, y ágil.

Crack, el corazón de Rindou se fragmentó en pedacitos minúsculos ante esa confesión, le dolió, sí, y bastante, su amor no era correspondido por Sanzu, Sanzu amaba a Manjiro.