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La guerra de las tres deidades, murieron unos, otros cayeron, otros abandonaron, y solo uno gobernó, Manjiro Sano.

La Guerra de las Tres Deidades fue un conflicto entre las tres pandillas que lideraban Tokio, Brahman, Kanto Manji y Rokuhara Tandai, se enfrentaron el 7 de Julio de 2008.

La pelea dejó como resultado a dos fallecidos: un miembro de Brahman, Ken Ryuguji, también conocido como "Draken"; y el líder de Rokuhara Tandai, South Terano.

Al final, Kanto Manji absorbió a Rokuhara Tandai y Brahman declaró su disolución a decisión de Senju con tal de salvar a Takemichi de Mikey. Fue entonces que Kanto Manji se apoderó del "bajo mundo".

Y así, nació la Kanto Manji. Entre sus miembros ahora estaban Manjiro Sano, Sanzu Haruchiyo, Hajime Kokonoi, Kakucho Hitto, Ran y Rindou Haitani, Shion Madarame, Shuji Hanma, Kanji Mochizuki, Wakasa Imaushi y Keizo Arashi. Los mismos que en un futuro pasarían a ser Bonten.

El destino les jugaba una mala pasada, o tal vez ya estaban destinados, tal como las campanulas estaban destinadas a florecer en la primavera, así lo estaban Rindou y Sanzu. Destinados a estar juntos y amarse, o a estar juntos y odiarse.

Sanzu miraba a la distancia como Rindou podía hablar con Mochi sin problema, pero cuando él se le acercaba Rindou huía, se excusaba, o simplemente lo ignoraba. A ambos les dolía callar, a ambos les dolía amarse, a Rindou le dolía haber amado antes de tiempo a Sanzu, a Sanzu le dolía haber descubierto tarde su amor por Rindou.

Sin embargo, así como las campanulas son amantes de la primavera, también lo son del verano, oh, Sanzu lo tenía muy en claro.

Cuando amamos a alguien solemos callar por miedo, miedo al rechazo, al fracaso, al perder una valiosa amistad. Rindou se culpaba a si mismo por no callar y arruinar una relación de años, Sanzu se culpaba por no entender antes.

¿Rindou ya no sentía amor con la misma fuerza que antes? ¿Por que ya no lo quería a su lado? ¿Por que hacía sentir a Sanzu desplazado? ¿Por que no podía correr a sus brazos y decirle que lo amaba? Mil y más de esos pensamientos estaban en la mente de Sanzu. Quería a Rindou para él, se había obsesionado con que fuera de él, de él y de nadie más. Más, sin embargo, Rindou no se dejaría llevar por la tormentosa marea que era Sanzu Haruchiyo.

Rindou ahora estaba enamorado de la soledad, enamorado de la sensación de la nicotina,q enamorado de ser él, enamorado de su sadismo, enamorado de la noche que lo acompañaba en sus lamentos y quejas nocturnas, enamorado del verano y odiante de la primavera, pero no la misma primavera, si no de la que le destrozó el corazón y por unas semanas lo hizo creer ser insuficiente, cuando el no lo era, solo estaba enamorado.

Ahora el amor de Sanzu y Rindou no solo era un amor correspondido, si no también un dolor correspondido, dolor que ambos querían aplacar pero no lo harían porque para Sanzu eso seria dejar a su rey que apreciaba, y para Rindou eso sería una humillación por caer a los brazos de quien lo rechazó aun cuando ambos tenían los mismos sentimientos.

Y ahí se encontraban ambos, en una reunión Kanto, sentados el uno al lado del otro, intentando evitarse, o al menos de parte de Rindou, porque Sanzu lo miraba, acercaba su mano a la de Rindou e intentaba dirigirle la mirada, justo como en ese momento.

— Rindou, ¿Como te ha ido? — suspiro al no obtener una respuesta inmediata -- Rin...

— Bien... ¿Y qué hay de ti? — miro a Sanzu, quien sonrió feliz pues no solo le había respondido, tambien lo había mirado y había preguntado por él, oh, cuánta felicidad se puede hallar en una respuesta tan fría y agria, mucha, si eras Sanzu Haruchiyo.

Miradas |Rinzu|Where stories live. Discover now