Capítulo 9: identidad

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Los días habían pasado y Pierre ya sentía que toda la conversación que había tenido con el príncipe había sido parte de su imaginación. Después de ese día paso las horas anhelando que el chico apareciera por la puerta y lo sacara de ese lugar, pero por más que esperaba jamás llegaba ese momento. Noche tras noche Pierre se convencía más de que Andro solamente había jugado con sus sentimientos.

Andro

Andro Pennington

Que nombre tan más importante y tan más aterrador, ese apellido tenía siglos de historia y con él una gran carga para todo el que lo posee. Por un momento sintió lástima por el chico, lastima que solo duró un segundo. A pesar de todo seguía siendo un niño mimado que no le importaba más que su físico y su dinero, que con solo una moneda de oro sentía que podía conquistar el mundo. Sin importar la situación su forma de ver al príncipe jamás cambiaría, le causaba repulsión y siempre sería así.

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Andro no podía recordar la ultima vez en la que pudo dormir tranquilo, desde que había ido a la mina sus días se pasaron de ir tras las personas, moviendo todos los ases que tenía bajo la manga. Y todo por un simple plebeyo. El príncipe ni siquiera sabía con claridad por qué es que hacia eso, pero algo en su corazón no lo dejaría tranquilo si no lo ayudaba a salir de aquí.

Después de horas de trabajo y favores, Andro finalmente podía ir por la pieza principal del plan; Pierre. Con su mejor sonrisa y autoridad entro a la oficina del jefe de la mina.

—Su alteza—parecía más sorprendido de lo que esperaba—no esperaba tenerlo aquí. Dígame ¿A que se debe su ahora visita?

—Bien recordará que hace unos días estuve aquí

—Si, lo recuerdo bien

—Me gustaría volver a ver a 478. Pero ahora traigo órdenes directas de la reina de sacarlo de aquí

El hombre pareció confundirse ante la orden del joven

—Pero su alteza, nadie supone salir de aquí así sin más. Mucho menos criminales como el que vienen a pagar su condena

—¿Acaso vas contra los deseos de Su majestad?

—No señor, nada de eso. Solo quería...preguntar el motivo por este cambio tan drástico de pensar

Andro elevó unos centímetros la mirada y cruzó los brazos

—No mereces ni necesitas saberlo—repuso el príncipe

—Entonces lo lamento, pero no puedo dejar que lo saque de aquí sin una razón válida o un papel que de la orden—ambos se quedaron viendo a los ojos mirándose con intensidad, preguntándose cuál de los dos se rendiría. Andro encontró eso estúpido y rompió el contacto.

—Esta bien— dijo finalmente dándose por vencida—pero esto es un secreto real y debe seguir siendo así— hizo un además para que se acercara. El jefe, preso de la incertidumbre, acercó su oído al príncipe.

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—Por suerte mi madre no está así que podrás pasearte por aquí cuanto gustes—El príncipe caminaba frente al ladrón orgulloso de su hazaña. Había logrado sacar un hombre de las garras de la muerte dos veces.

—Aún no se como le hiciste para que me dejaran salir de ese lugar—dijo Pierre tropezando con la alfombra del castillo. Llevaba la ropa de la mina y los zapatos, veía con tristeza la alfombra pintándose de color oscuro por la tierra de sus pies y su cuerpo, esperaba que no les costara mucho limpiar a los encargados de limpieza

—Es un secreto—canturreó el príncipe. Antes de que pudiera seguir replicando, Andro se detuvo repentinamente en una puerta—te esperaré aquí— le abrió la puerta a Pierre y la cerró en su espalda.

Unos minutos después, Pierre salió como un hombre nuevo. Lo habían balado, aseado, incluso le recortaron el cabello y le quitaron la barba. Salió en una bata de baño, las mujeres que lo habían ayudado se negaban rotundamente a devolverle la ropa y lo sacaron de la habitación con solo esa pequeña bata de baño cubriendo sus partes. Al otro lado Andro lo estuvo esperando y al ver el nuevo cambio del chico se sorprendió. Parecía una persona totalmente distinta, su cara limpia y sin ningún rastro de la barba mugrosa cubierta de hollín. Su cabello que antes le llegaba hasta los hombros, desordenado y sucio ahora estaba perfectamente recortado sobre sus orejas.

—Vamos— dijo sin más el príncipe apartando la mirada, no quería que Pierre se sintiera incómodo.

Ambos caminaron por el pasillo hasta lo que era otra habitación, al abrirla Pierre se dio cuenta que era tal cual un dormitorio; un sillón frente a la cama, un espejo, un ropero y dos cortinas tintas que ocultaban una gran ventana.

—Solo te quedarás aquí por un par de días en lo que comienza la selección y te den tu propio lugar, así que no destruyas nada— Pierre camino hasta la ventana abriendo de par en par las cortinas, había una vista hermosa a los jardines traseros del palacio— ahora—Andro caminó hasta el ropero y lo abrió, de ahí saco un traje negro muy común en la clase alta—quítate eso y vístete— señaló la bata.

Pierre, sin decir una palabra comenzó a quitarse la bata frente a él

—Pero no frente a mi— El ladrón se vio detenido y miró al príncipe, este tenía la cara volteada y se tapaba con las manos los ojos pero por el color de las oreja Pierre supo que estaba avergonzado—ahí está el cambiador— señaló una gran ventana de gruesa tela para que se cambiara del otro lado.

—¿Cuál es el plan?— dijo Pierre mientras se ponía la ropa nueva

—Tendrás que llenar esta solicitud con tus datos, me tome la libertad de llenarla, lo único que me faltaría será el nombre

—Pues escríbelo, es P...

—Se como se escribe, pero la cuestión es que no podemos usar tu nombre real, mi madre te descubría al instante. Así que estuve pensando en algunos nombres para ti y caí en la conclusión de...Pedro

—Wow— Pierre soltó una risa— no te vayas a quedar seco de tanta creatividad

—Es un excelente nombre, además que bastante común. Y así no modificamos también tanto el tuyo, solo lo...traducimos— su voz mostraba una gran confianza

—Esta bien— por fin Pierre salió del cambiador. Andro lo miro por un momento de arriba para abajo y dio su gusto bueno.

—Tengo buenos gustos, sabía que te quedaría bien

—¿tu lo escogiste?—se sorprendió Pierre

—No...claro no, tengo mejores cosas que hacer que buscar ropa para un plebeyo—Pierre lo quizo golpear

—Bueno, entonces nos vemos mañana, haré que te traigan la cena aquí para que no tengas que salir— dijo sin más el chico de cabello dorado saliendo de la habitación.

Pierre miró unos minutos la puerta cerrada y pasó a mirar su alrededor, le habían cambiado su celda de piedra a una de oro.

"Parece que la historia se repite" pensó.

Y sin gastar tiempo comenzó a armar su plan de escape para esa noche.

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Si creen que se escape?

Yo pienso que si se va a ir Alv. Btw se me hace muy tiernas las interacciones de Andro y Pierre, ósea si se quisieron matar y todavía Pierre le quiere meter un cuchillo en el corazón, pero awwwwwww.

Eniwais, disculpen la tardanza

Angel fuera.

Mi única vidaWhere stories live. Discover now