Capítulo 7: Casualidades

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Manhattan, Nueva York, EEUU
Febrero 2023

"Que sueño" es lo único que la cabeza de Mimi no dejaba de repetir el bucle.

Trabajar siempre de tardes o de noches la había malacostumbrado a olvidarse de lo que era madrugar, y tener que haber ido hoy a primerísima hora a arreglar unos papeles la había destrozado completamente.

Se le pasó varias veces por la cabeza volver a casa y meterse a la cama a seguir durmiendo, pero ya que estaba en pie no iba a desaprovechar la mañana.

Hacía ya meses que no iba a un bar muy mono que descubrió un día por casualidad.

Allí servían el mejor café de todo Chinatown y además muchos días por las tarde hacían actuaciones en directo.

Caminó tranquila, sin prisa, hasta aquel local, y al llegar nada más abrir la puerta y pisar el interior de este, el olor a café y a tostadas recién hechas le invadieron las fosas nasales.

Olía a pura gloria.

Con la mirada busco aquel rinconcito con una pequeña mesa que tanto amaba, había tenido suerte, estaba libre.

Decidida camino hasta allí quitándose la chaqueta y dejándola bien colocada en el respaldo de la misma silla en la que se iba a sentar.

Un cappuccino y una tostada de aguacate, sabía lo que iba a pedir incluso antes de sentarse.

Pero justo cuando llegó la camarera a tomarle nota fue como si se le olvidara todo.

-Good morning, what do you want to drink? -Esa voz le sonaba.

Levantó la cabeza a mirarla y ahí estaba ella, Miriam, la mamá de June.

-No sabía que trabajabas aquí. -Fue lo único que la granadina atinó a decir.

-Desde que llegue de España en diciembre. -Le respondió Miriam aún con el bolígrafo y la pequeña libretita en la mano esperando a tomarle nota.

-Nunca te había visto, también es verdad que hace mucho que no venía, ¿trabajas todos los días?

-Todos, de lunes a domingo.

-Joder... ¿Y de donde narices sacas el tiempo para ocuparte de June? -Mimi alucinó, le parecía increíble siendo madre de una niña pequeña el poder trabajar todos los días sin descanso.

-No tengo más opción, necesito el dinero y me organizo como puedo. -Por el contrario Miriam le sonó a reproche, a dar por sentado que desatendía las necesidades de su hija. -Bueno, ¿Qué vas a querer tomar?

-Un cappuccino y una tostada de aguacate. -Le respondió la rubia notando el tono de enfado de la gallega.

-Enseguida. -La de pelo rizado desapareció a toda prisa tras tomar la comanda para hacer ella misma el café y ordenar la tostada a cocina.

A los pocos minutos Mimi ya tenía lo que había pedido encima de la mesa servido también por la gallega.

-Miriam, perdón por lo que te dije antes, no iba con mala intención. -Se disculpó Mimi antes de que la de pelo rizado volviera a salir disparada lejos de su mesa. -Solo me sorprendió muy gratamente la capacidad de conciliación que tienes, ojalá todas las madres fueran igual de atentas con sus hijos como tú lo eres con tu June.

-Gracias Mimi. -La gallega sonrió, no pudo no hacerlo, esa sonrisa le salió del alma al escuchar a la rubia.

-Algún día podíamos tomarnos un café juntas. -Propuso la granadina. -Porque no sé tú, pero yo necesito una amiga que hable castellano, tanto inglés al final va ha hacer que olvide mi propio idioma.

Eres mi debilidad [Miriam²]Where stories live. Discover now