Eres mi debilidad [Miriam²]

Capítulo 12: Problemas en el paraíso

⚠️Aviso: capítulo +18⚠️

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Manhattan, Nueva York, EEUU
Abril 2023

Lorenzo sonrió al ver entrar a Miriam en su despacho cerrando la puerta con el pestillo tras ella.

La gallega hoy libraba, y habían quedado a la hora del almuerzo.

-Adoro cuando te ponés falda. -Le dijo el hombre sonriendo y mirando el outfit de su chica.

-Pues si te digo que debajo no llevo bragas te va a encantar todavía más. -Soltó Miriam acercándose al hombre y dándole las bragas que se acababa de quitar hacia un par de minutos en uno de los baños del edificio.

-No me jodas Micky. -El hombre soltó un largo suspiro y llevo una de sus manos debajo de la falda de la gallega para comprobarlo.

-Aun no hemos echado un polvo en tu despacho. -Propuso Miriam sugerente lanzándose a besar a Lorenzo. -Y me pondría muchísimo.

-Joder Miriam. -Habló el hombre al verse atrapado cuando la gallega se sentó a horcajadas sobre él sin dejar de besarlo.

-Cállate y bésame. -Le dijo una Miriam completamente sugerente y con ganas de guerra.

Lorenzo obediente acató las órdenes de la gallega correspondiéndole el beso a la vez que llevaba una de sus manos debajo de su falda metiéndole mano.

Después de un par de besos y notar los dedos del hombre cerca de su punto crítico, Miriam no pudo evitar soltar un sutil gemido en el oído de él.

-Ufff... Adoro que me gimas en el oído. -Confesó él lo que ya sabía la gallega.

-Pues esmérate un poquito más si quieres que siga gimiendo cariño. -Le respondió Miriam sin preámbulos y deseando que los dedos de Lorenzo avanzasen más en su intimidad.

El hombre automáticamente hizo caso acariciando el clitoris de la gallega a la vez que acercaba más los dedos a su entrada y la notaba ya muy mojada.

Con suavidad introdujo un dedo dentro de ella sin ningún problema.

-Otro. -Pidió la de pelo rizado soltando un suspiro de placer.

Lorenzo, completamente excitado de ver a Miriam en un estado similar al suyo, le metió un segundo dedo con menos delicadeza que el anterior, dejando escapar un sonoro gemido de la garganta de la gallega.

Después de unas pocas embestidas con los dedos Miriam había llegado al tope de excitación y necesitaba todavía más.

-Bájate los pantalones y métemela. -Dijo con un tono completamente autoritario y separándose del hombre ligeramente para que pudiera desvestirse de cintura para abajo sin problema. -Venga, es una orden.

Lorenzo hacía ya semanas que había descubierto a esta Miriam autoritaria, y debía de reconocer que le encantaba y le ponía muchísimo.

La gallega era una persona que había nacido para mandar, en cualquier ámbito de la vida, pero en el sexo es importante recalcar que era otro nivel.

El hombre simplemente lo podía definir como fascinante.

Sin distracciones hizo caso bajando sus pantalones y calzoncillos hasta las rodillas y dejando su miembro completamente erecto a la vista felina de la gallega.

Miriam automáticamente lo acarició con una de sus manos masturbándolo para después volver a sentarse a horcajadas encima del hombre arremangándose bien la falda.

-La orden era que te bajaras los pantalones y me la metie... -Miriam no pudo ni terminar de hablar, Lorenzo obediente se la metió hábilmente de una sola estocada provocando que un gemido con forma de grito saliera de la garganta de la de pelo rizado.