Capítulo 9: I want a cupcake

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Manhattan, Nueva York, EEUU
Febrero 2023

-Ay tía de verdad, estoy como en una nube te lo juro, es maravilloso. -Miriam aún sonreía solo de pensar en Lorenzo.

-Ves tonta, ya te dije yo que ese pedazo de tren no lo podías dejar escapar.

Era sábado por la mañana, tanto Miriam como Mimi no tenían trabajo, y habían aprovechado para salir a desayunar por ahí y que la gallega le contara detalladamente la cita con Lorenzo del jueves por la noche.

La cafetería elegida para el desayuno se encontraba en una pequeña plaza situada en la zona de two bridges, a solo 10 minutos del apartamento de Mimi.

Además, en esta misma plaza había un parque en el que June podía jugar mientras ambas adultas hablaban.

-¿Mamá me compras otro? -Interrumpió June la conversación de ambas adultas llegando a la mesa con el envoltorio del cupcake que se acababa de comer.

-¿Pero ya te lo has comido todo? -Miriam atónita vio como su hija se volvía a sentar en su sitio asintiendo y llevándose a la boca la pajita de su batido que aún estaba a medias. -Bueno termínate el batido y si sigues teniendo hambre te compro otro.

-Que si que tengo hambre mamá. -Se quejó la niña preocupada al ver la de gente que había en la cola de la cafetería y que probablemente se llevarían todos los cupcakes dejándole sin para cuando se terminara el batido. -Porfa mamá, que es sábado.

-Miriam si porque se coma un cupcake más no le va a pasar nada. -Defendió la granadina a la pequeña al ver la ilusión que le hacían los cupcakes.

-Vale, pero si lo quieres ya vas tú solita a la cola y lo pides tú, que yo aún estoy tomándome mi café. -Cedió Miriam.

-Anda toma. -Le dijo Mimi rápidamente sacando un billete de 5 dólares de su cartera para dárselo a la niña. -Ve a comprártelo y me traes otro a mi también, el que tú quieras.

June con una sonrisa asintió y se fue corriendo a la cola para comprar dos cupcakes.

-Ay Mimi no hacía falta que le dieras tú el dinero. -Se quejó la gallega aún con la cartera en la mano que no le había dado tiempo de sacar dinero para darle a su hija.

-Va no te preocupes, si solo han sido 5 dólares, que más da.

-De todos modos ya te invitaré un día a un café.

-Que cabezota eres de verdad. -Rodó los ojos la rubia mayor y volvió a mirar directamente a Miriam para seguir con la conversación que la pequeña había interrumpido. -Bueno, volviendo a lo importante, entonces la cena bien ¿no? ¿Que tal el restaurante? ¿Dónde te llevo?

-Bua neno, aún me sale la sonrisa tonta solo de acordarme. -Habló Miriam efectivamente sonriendo. -Fuimos a un restaurante monísimo cerca de Times Square, yo es que ni lo conocía, que también te digo normal que no lo conociera, unos precios... Casi 500 dólares costó la cena...

-¿No me jodas? -Alucinó Mimi boquiabierta. -Dime por dios que no te dijo de pagar a medias.

-No no, fue todo un caballero, pagó él toda la cuenta, y menos mal, porque como yo hubiera tenido que desembolsar ese dineral tengo que tener a la pobre June comiendo pan y pasta todo lo que queda de mes.

-Hablando de June, ¿Le has contado que eres madre?

-Preferí no decirle nada por si acaso. -Se sinceró Miriam. -De normal nada más lo cuento salen por patas sin querer saber nada más.

-Esperemos que este no salga huyendo cuando se entere.

-No no, si es que ya lo sabe. -Se volvió a explicar la gallega recordando como el hombre había descubierto que era madre. -Cuando nos acostamos me vio la cicatriz de la cesárea.

Eres mi debilidad [Miriam²]Where stories live. Discover now