〖Caramel Macchiato ღ Miya Osamu〗

ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ⁵

No es para nada mi tipo, pero tampoco está mal
Y es mayor que yo

Ahí estaba una vez más Shiori, ya quedaba poco para entrar a la preparatoria y lo único que deseaba hoy era un caramel macchiato, al entrar a la cafetería se topó con que su querido camarero-san no estaba.

Sin poder evitarlo tomó asiento y pidió su habitual con algo de indignación, esperaba verlo.

— Disculpe ¿Y el otro camarero? — Consultó al señor que atendía hoy con algo de vergüenza.

— ¿Hablas de Miya-san? Se tomó el día, dijo que tenía que ver su uniforme, después de todo es un estudiante de segundo año, debe estar ocupado.

Al oír esa explicación la de cabellera ceniza asintió y sonrió para sí misma, tenía nueva información adquirida.

1. Su camarero-san se apellida Miya.
2. Va en segundo año

— ¿Es mayor que yo... ?

Suspiró concentrándose en la monótona decoración que encontraba en su macchiato el día de hoy, no sabía muy bien qué le sucedía, pero presentía que estaba empezando a tener un flechazo por aquel callado mesero.

Sin duda no era para nada su tipo, era algo callado, burlesco a veces y sentía que su mirada la podía leer por completo, pero aún así...

— Tampoco está mal. — Murmuró para si misma. — Mínimo no es agresivo ni gritón.

Oh, pobre Shiori, aún no ha visto la interacción de su camarero con su gemelo.

— Miya... ¿Debería llamarlo Miya-san para la próxima? ¿No sonaré muy alzada? — Se debatió mentalmente. — Que problema... Me hubiera gustado verte hoy, Miya-san...

— ¡Reacciona, Samu! ¿Lo compro o no? — Atsumu golpeó a su gemelo que frunció el ceño.

— ¡Cállate, pedazo de inútil, por tu culpa no pude ir a trabajar hoy! — Le miró mal devolviéndole el golpe.

— ¡¿Qué me has dicho?!

— ¡Pedazo de inútil ¿Acaso eres sordo también?!

— ¡No me grites, tú pareces el sordo, imbécil! — Le gruñó y empezaron a golpearse mientras que todos los de la tienda les miraban raro. — ¡Aparte ni quieres ir a trabajar, sólo quieres ver a esa chica linda!

Al oír eso el peligris se dejó golpear y se quedó estático mirando con sorpresa a su gemelo ¿Y él cómo sabía de la existencia de su clienta favorita?

—Los ví, iba a dejarte el almuerzo que mamá te había mandado y te ví sentado con ella. — Le miró con burla. — La mirabas como idiota, pero debo admitir que era linda, aunque no sé si sea muy inteligente si se ha fijado en ti. — Se encogió de hombros.

— ¡Tú... ! ¡No opines ni digas nada, chismoso de cuarta!

— ¡¿Ah?! ¡Era imposible no verlo si estaban en toda la ventana, idiota! — Se defendió.

— ¡¿Y cuándo fue eso?! ¡Nunca me has llevado un almuerzo! — Le recriminó y el silencio de Atsumu fue su respuesta. — Tsumu... ¡¿Te comiste mi almuerzo?!