〖Caramel Macchiato ღ Miya Osamu〗

ᶜᵃᵖⁱᵗᵘˡᵒ⁷

¡Camarero! ¿Por qué estás en mi misma escuela?
De verdad ¿La misma? De todos modos ¡Da igual!

Era el primer día de Shiori y ella se encontraba tensa, a su lado estaba su hermano el cual le miraba algo preocupado.

— ¿Segura que no quieres que te acompañe a tu aula?

— Segurísima, ya no soy una niña pequeña. — Le sonrió algo nerviosa.

— Bien... Recuerda que tengo que quedarme al club, me avisas si te irás sola. — Le palmeó la cabeza con suavidad.

— ¡Ten un buen día, Shin-chan!

Y así pasaron las primeras horas y Shiori al parecer era bastante buena socializando, ya se había hecho de un grupo de amistades los cuales parecían gente amable.

Al pasar por el pasillo en el receso ella reía por el chiste de uno de sus nuevos amigos.

— Eres muy divertido, Kazuki-kun. — Le miró divertida y el de cabellera albina simplemente sonrió.

— Lo sé, es uno de mis encantos.

La Kita volvió a reír y entonces dos personas que pasaron a su lado llamaron su atención.

Era un pelinegro pegado al celular, pero el otro era el que la dejó helada en su lugar.

— ¿Camarero-san... ? Imposible.

— ¿Kita-chan, estás bien? — Su amiga, Tsukino la miró con preocupación al verla tan tensa.

— ¡S-Sí! No te preocupes, Tsukino-chan.

Shiori apresuró el paso algo nerviosa, cuál era la probabilidad de verlo ahí, no sabía cómo sentirse, ella estaba avergonzada, sentía que su cercanía con aquel chico era solo porque lo veía en su lugar secreto, pero el verlo ahí, con el mismo uniforme, la convertía un manojo de nervios.

Entonces reaccionó y se dió cuenta que mínimo lo hubiera saludado, pero ya era tarde, sería raro devolver sus pasos sólo para hablarle y además iba acompañado, no supo cómo reaccionar en su momento y simplemente escapó.

Por otro lado Osamu detuvo sus pasos al sentir un perfume familiar y se dio vuelta viendo una cabellera que reconocería en cualquier lado, estaba seguro de que era ella y le sorprendía verla ahí, pero le extrañó que no lo saludara o le detuviera para contarle sus historias de siempre.

— ¿Por qué paraste? Quiero llegar a comer.

Al oír la voz de Suna reaccionó y simplemente siguió caminando algo confundido por la actitud de la menor, estaba seguro de que le preguntaría sobre ello la próxima vez que la viera en el café.

Ya ansiaba volver a trabajar, después de todo, quería ver y oír la voz de su clienta favorita.

Anhelaba ver a Shiori.