Epílogo

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[...]

Todas las familias tienen sus secretos; grandes o pequeños, pero los tienen.

Los Kim Jeon al ser una de las familias más influyentes y poderosas, los ojos de todo ciudadano coreano están sobre ellos.

Pero las personas tienden a enamorarse de fantasías.

No se equivocan cuando piensan que los Kim Jeon son personas honestas, justas, bondadosas y rectas. Un verdadero ejemplo a seguir. Cada uno de sus integrantes.

Cada jerarquía sentía respeto por ellos. Desde Alfas, pasando por Omegas, hasta llegar a los Betas.

¿Qué pensarían si supieran que los únicos herederos de tan respetada familia, tenían una relación antinatural ante sus ojos?

Todas las familias tienen secretos. Y los Kim Jeon no eran la excepción.

— N-o... Estoy entendiendo... ¿¡Qué!?

— Exactamente lo que escuchaste, madre. JungKook y yo nos amamos. Y no precisamente como herman...

— Creo que me va a dar algo.

La señora Jeon estaba a punto de desmayarse.

— Pero ustedes dos son hermanos.

La voz de su padre se hizo presente.

— Pero no de sangre. — puntualizó JungKook.

— Pero los adoptamos y los criamos como dos hermanos. — Dijo firme la señora Jeon.

El mismo domingo por la noche. Luego de haber pasado juntos, quizás uno de los mejores días de sus vidas, Taehyung decidió hablar con sus padres.

JungKook no podía creer lo que estaba escuchando. Pero no iba a mentir. Más que miedo, sentía una gran alegría.

Porque al final de cuentas ellos no estaban haciendo nada malo. Quizás ante los ojos del resto sí. Y, posiblemente ante los ojos de su pequeña familia. Pero no quería ocultarse más con Taehyung delante de ellos.

No sabían cómo lo iban a tomar. Pero como sea que se den las cosas, lo iban a afrontar. Los dos.

Por eso, decididos a ello. Entraron tomados de las manos a la mansión, dónde los esperaban sus padres. Junto a su abuelo.

Cuando los otros tres integrantes de su familia los vieron llegar así, no se inmutaron, puesto que los dos hermanos siempre fueron pegajosos.

Incluso les era más extraño verlos distanciados.

Sus padres los recibieron con besos y abrazos. Felices de verlos unidos nuevamente.

Hasta que Taehyung habló.

Su confesión fue como un baldado de agua helada.

Hasta pensaron que era una broma.

— Yo les doy mi apoyo.

La voz del veterano se hizo escuchar. Quién había estado en silencio todo este tiempo.

— ¿Lo dices en serio, abuelo?

Taehyung pregunta confuso. Machacando sus labios con insistencia. Él se veía firme en su posición, pero la verdad es que por dentro estaba temblando. Ni siquiera sabe de dónde sacó las agallas para revelar su secreto. Pero ahí estaba, y no se arrepiente.

— A decir verdad, desde hace años sospechaba que ustedes se traían algo entre manos — continúo el anciano —, siempre los ví uno aferrado al otro. Protegiéndose. Cuidándose mutuamente. Pero todo parecía ser más que solo de hermanos.

IF OTHERS ONLY KNEW Where stories live. Discover now