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POV VICKY
- ¿Samy? - susurró algo tensa, noto que sus brazos son... bastantes fuertes. Lleva una camisa negra y unos jeans sueltos. Realmente se ve preciosa.
- Dime - Hablo ella de la misma forma.
- ¿Puedo...? - Fui interrumpida por Rosario que apareció cerca de nosotras.
Samy se separó de golpe y respiré con algo de dificultad al inicio. Cuando la tengo así de cerca nuestras respiraciones se sincronizan y es más fácil seguir un ritmo, cuando se aleja de golpe me cuesta retomar un ritmo normal.
- Chicas... - Susurra ella elevando la ceja de la misma manera que Samy, ahora lo entiendo todo... - La lasaña está servida, vamos.
Ambas asentimos y Samy avanza a paso rápido, dejándome como única opción evitar la mirada de Rosario y tomar una respiración profunda.
- ¿Todo bien Vicky? - Pregunta ella
Señora... ¿Cómo le explico que su hija me vuelve más lesbiana de lo que soy?
-Todo bien, Rosario - Camino en dirección a ella y antes de pasar a su lado le hago una seña con la mano para que pase primero.
- Gracias...- sonríe - Que atenta eres, Vicky. Mejor que muchos de mis otros yernos - Suelta de pronto y sigue avanzando.
Carajo... ¿Se molestaría por lo que vio?
No creo, solo me vio a punto de besar a su hija.
¿Por qué se molestaría?
A veces me odio.
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La cena avanza con normalidad. Frente a mí está Samy y a en la cabeza de la mesa está Rosario.
Samy ha evitado mi mirada y no nos hemos hablado más que para la sal.
Waffle que está sentado en el suelo al lado de mi silla suelta un chillido bajo mientras agacha las orejas.
Observo a Samy y ella a mí, por unos segundos incómodos que parecen horas.
Rosario parece notarlo, porque enseguida nos habla.
- ¿Vicky? - La observo y es un alivio poder apartar la mirada de los ojos de Samy - Hace poco terminaste una relación, ¿no? Creo haber visto algo de eso por internet.
- Sí, mi exnovia Isarel.
- ¿Por qué terminaron? - Pregunta Rosario. No de mala forma, solo curiosa.
Trago saliva y bebo algo de agua
-Mama... - Regaña Samy y yo niego.
- Está bien Samy - Hablo - Terminamos porque ya no... funcionábamos y siendo sincera, conocí a alguien que me empezó a atraer.
Noto que Samy mira su plato y juega con su lasaña sin decir nada, ni siquiera levanta la vista.
- ¿Hace cuánto fue eso?
- Hace unas... ¿Tres semanas? - Samy levanta su vista hacia mí - no lo sé.
- Entonces te gusta alguien.
- Solo atraerme, gustar, son palabras mayores y no sé si ell... Esa persona - Aclaro mi garganta, casi me expongo. - me corresponda, pero de cualquier manera la relación con mi ex se estaba volviendo tóxica y monótona - ella parece conforme con la respuesta.
- ¿Un chico o una chica? - señora, ¿usted no escucha mis canciones?
Observo a Samy quien tiene sus ojos clavados en mí y respondo
-Una chica.
Samy se levanta rápidamente prácticamente huyendo de la escena y habla desde la cocina.
- ¡Voy por el postre!
Suspiro y Waffle acaricia mi pierna con su cabeza.
Probablemente, Samy se asustó, pero nos besamos ¿Debería tomar esto como solo fue un beso de tragos? Tal vez olvidar mi pequeño "enamoramiento platónico" con ella, será lo mejor.
Al llegar Samy sirvió los postres y Rosario hablo.
- No es que yo quiera hacer de cupido por aquí, pero siento que una señal que la vida está dando - la miro atenta y noto la mirada de Samy nerviosa. - A lo que voy... A Samy no le han funcionado sus relaciones con hombres - Recalca la última palabra y cae con un balde de agua fría en mí... ¿Y si es hetero?
- Mamá... mi relación con Félix no se acabó por falta de amor y lo sabes. Yo aún lo quiero.
Oh...
- Por costumbre, Cariño, déjame terminar.
- Mamá, no deberías... no... no hables de esto ahora.
- Cariño, solo quiero... - habla rosario siendo interrumpida por Samy otra vez.
- No te corresponde meterte en eso. Deja el tema de Félix.
- ¿Dónde está el baño? - le hablo a Rosario y ella me lo indica
Salgo disparada en dirección de aquel lugar y realmente quiero irme. Estaba siendo un momento genial hasta que abrí la boca.
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Al salir del baño, luego de mojar mi cara y pensar bien en que voy a hacer. Rosario está esperándome.
- ¿Vicky? - me asustó un poco, pero la miro - Necesito decirte algo.
- Sí, dime.
- ¿Te gusta mi hija? - Pregunta rápidamente y yo siento que mi corazón se detiene
Carajo... ¿Qué digo? Pues molesta no se ve... Mierda
¿Por qué siempre tengo mala suerte? ¿Manifesté mal?
Maldita sea.
- Yo... - Estoy dudando de que responder. Podría decirle que si y mandar a la mierda todo, o podría decir que no - No.. No...
- Se sincera, por favor - insiste, su rostro es compasivo... está bien.
- Sí, tal vez sí...
Nota de autor
Saben me gusta la historia y más para ser la primera, siento que lo estoy haciendo bien.
