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POV SAMY
Nos quedamos abrazadas en el agua durante unos minutos, disfrutando del contacto y de la tranquilidad del mar. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados que se reflejaban en el agua, creando un ambiente mágico.
—Este lugar es perfecto —dijo Vicky, apoyando su cabeza en mi hombro.
—Me alegra que te gusté —respondí, acariciando su espalda con suavidad—. Quería que fuera especial.
Nos quedamos en silencio, simplemente disfrutando del momento. Después de un rato, sentí que el agua comenzaba a enfriarse.
—Deberíamos salir y secarnos antes de que anochezca — Sugerí, acariciando el cabello de Vicky.
Ella asintió y comenzamos a nadar hacia la escalerilla del yate. Subimos con cuidado, tratando de no resbalar, y nos envolvimos en unas toallas que habíamos dejado preparadas. Nos sentamos en la cubierta, mirando cómo el sol desaparecía lentamente en el horizonte.
—Es tan hermoso —murmuró Vicky, con los ojos brillantes de emoción—. Gracias por esto, Samantha.
—No tienes que agradecerme, mon précieux paradis. Haría cualquier cosa por verte feliz.
Nos quedamos en la cubierta un rato más, disfrutando del espectáculo del atardecer. Cuando el sol finalmente se ocultó y el cielo se llenó de estrellas, mire a Vicky con una sonrisa traviesa.
—¿Qué te parece si vamos a cambiarnos y luego vamos por una sorpresa? —propuse, mirando ese brillo especial en sus ojos.
—Me parece perfecto —respondió, logrando trasmitirme su emoción.
Nos dirigimos al interior del yate y nos cambiamos rápidamente. Vicky se puso un pantalón blanco suelto junto con un top blanco que le quedaba perfecto, mientras que yo opté por un vestido lila claro. Al regresar al muelle tomé la mano de Vicky para dirigirnos a la parte de tras del hotel donde estaba mi última sorpresa.
—¿Lista para la sorpresa? — pregunté, con una sonrisa de oreja a oreja.
Asintió, siento como mi corazón latía más rápido. Al llegar sonaba una pequeña melodía de piano, había una pequeña mesa con un mantel blanco, velas y algunos pétalos de rosas esparcidos en la playa.
—Yo... — Murmuro Vicky con la boca entreabierta. Creo que sigue sin acostumbrarse a las sorpresas, solo creo...
Antes de poder hablar sentí los labios de Vicky sobre los míos y sus manos en mi cintura acercándome a ella.
—¿Qué hice para merecerte? - Dijo mirándome.
— No sé, ni yo entiendo – Dije sonriendo y ella volvió a besarme – Vamos, no quiero que se enfríe.
Caminamos hacia la mesa y Vicky me ayudo a sentarme, para después quedar delante dé mí.
—¿Por qué tantas sorpresas? - Dijo mientras probaba el Vino – No me malinterpretes, me encanta, pero me hace sentir que no te estoy dando suficiente.
