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POV SAMY:
Después de una pequeña sesión de besos, Vicky y yo decidimos empezar a cocinar. Bueno, Vicky cocino mientras yo la hacía reír, en mi defensa yo le advertí que no sabía cocinar y ella aceptó seguir conmigo.
Vicky quería preparar algo especial para mi madre. Entre risas y charlas, nos movíamos alrededor de la cocina, compartiendo bonitos momentos junto a ella.
—Vamos a hacer que esta cena sea la mejor que haya probado tu madre – Exclamo, con una sonrisa traviesa bailando en sus labios.
— Yo sé que sí, con tus talentos culinarios y mis buenos chistes. Mi madre quedará impresionada – Le di un pequeño beso en sus labios, para verla seguir con su trabajo con una sonrisa.
— Vicky ¿Y si le agregas más especias a esa salsa? - Sugerí, mientras veía a Vicky revolver una olla con concentración.
— Buena idea – Respondió, con una sonrisa. Alcanzando el estante de especias.
Justo cuando estaba a punto de agregarlas, un movimiento rápido de Vicky me sorprendió. De repente, me encontré cubierta de harina, con una nube blanca flotando en el aire entre nosotras.
— ¡Hey, eso no vale! - Exclame sorprendida, reía mientras sacudía la harina de mi cabello.
— Si no te ensucias, entonces ¿Qué haces en la cocina? - Vicky me dio una sonrisa – Solo quería integrarte.
— ¿Sí? Ahora no te librarás de mí – Respondí, tomé la bolsa de harina, lista para contraatacar.
Lo que siguió fue una batalla de harina épica. Se escuchaban nuestras risas por toda la casa mientras nos esquivábamos mutuamente, tratando de cubrirnos con harina lo más posible.
—Vas a perder, Rivera – Vicky me tiro un poco de harina que me dio en toda la cara.
— No creo, Arellano – Dije tirando un poco de harina hacia ella dándole también en la cara.
Ambas nos quedamos viendo fijamente por unos segundos para después reírnos estruendosamente.
— Ven aquí – Me acerqué lentamente a Vicky para juntar nuestros labios.
— Qué bonitas – Escuchamos la voz de mi madre y nos alejamos rápidamente.
Mire a mi madre quien tenía una expresión de asombro y diversión en su rostro mientras nos observaba con sus ojos abiertos.
— ¡Oh! Parece que nos perdimos de la diversión – Exclamo mi madre con una sonrisa.
Vicky y yo nos miramos, sintiéndonos un poco avergonzadas por habernos dejado llevar tanto en la cocina, pero también divertidas por la llegada de mi madre.
— Mamá, pensé que llegarías más tarde. Estábamos haciéndote la cena. — Le di una sonrisa mostrando mis dientes. Vi a Vicky limpiándose lo mejor que pudo para ir hacia mi madre para abrazarla.
