Nadie puede escapar, sólo debes seguir la regla

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Los días pasaron en constantes cambios para Scarecrow, quienes se preparaban para un festival uno que se celebra cada cinco años, donde encuentras comidas nocturnas, diversidad de juegos incluyendo el laberinto, canciones en la fogata y por supuesto un baile. Este festival era atrayente para los turistas, quienes al tener la idea de pasar vacaciones en este lugar, al ser inusual y divertido, no dudaron en quedarse, sin saber que este festival era para ellos, para los lugareños, que buscaban un objetivo y que cuando tenían oportunidad acababan con él sin piedad y que ese era su festejo. El cambio en ellos era efectivo, menos en mí, seguía encerrada, buscando una salida aunque no la haya.

—No estás prestando atención Abril —expreso al ver que mi mirada se enfocaba en la ventana de mi habitación.

Si hay algún cambio seria que, tengo de tutor a Magnus Dhass, él parece entender bien que es lo que quiero saber y que es lo que prefiero ignorar, en Scarecrow no hay institutos ni centros de estudio, existe tutores individuales que te enseñan el proceso de ser parte de aquí, empiezan por lo básico, la creación de este lugar, el manejo de armas blancas, y su manera de ver la normalidad, de ahi basta para que sepas la anatomía del cuerpo humano, ser estratega e inteligente al momento de conseguir un objetivo y muchas cosas que demuestran que este lugar solo crea monstros. Al tener a Magnus como mi tutor me sorprendió pero me lo imaginaba, después de todo, estas cosas las aprendí en ese lugar, cosas que nadie sabe y que muy pocos pueden contar.

El uso de las pastillas se volvió una rutina que al pasar el tiempo, poco a poco logre controlarla, así que mi odio había vuelto, y mi mente se volvió más astuta, una que ya no podía reconocer si era mía o de otra persona.

—Claro que lo estoy —le di una mirada— Aquí nadie puede usar armas de fuego, eso es lo que decías verdad.

—No es que no puedan, sólo que no es divertido —contradijo.

— ¿Entonces se puede usarlas o no? —le di una mirada indiferente, queriendo acabar con sus clases, ya que, todo lo que decía yo ya lo sabia.

— Bien, entonces dime porque nadie puede usar armas de fuego. —ordeno cansado de la situación.

—Porque al hacerlo, el objetivo tiene una muerte rápida, y no hay diversión —sonreí al ver que me prestaba atención —Me pregunto que es lo que haría si conseguiría una —apunte a Magnus, en forma de pistola — Bum, ahí termina todo, es una muerte tranquila pero no es divertido.

Magnus me miró detenidamente, mientras sonreía disimuladamente por mi comportamiento.

—Veo que ya puedes controlarlas un poco más —hizo referencia a las pastillas.

—Creo que sí —me levanté del escritorio donde estaba. —Cuando lo consiga ya nada va a hacer igual, o mejor dicho, todo será normal.

—Hasta que ese día llegue presta atención —se apoyó en la pared mientras sostenía un libro— ¿Sabes porque se creo Scarecrow?

—Claro que lo sé —suspire cansada—. Se creo para satisfacer los deseos más oscuros de las personas que dicen ser normales, se creo para acabar con una vida, se creo para hacer infeliz a quien sea que pise este lugar.

—Lo normal es querer ver sangre, y te equivocas, Scarecrow se creó para hacer felices a los turistas, su creación es una maravillosa idea, una en donde vives como quieres vivir —expreso sutilmente.

—Otra broma tutor —me acerqué lo más que pude, ya que, las cadenas impedían que me moviera más allá de lo que quería —Tú sabes que no es así, pero asumes que es por un bien o por una supuesta felicidad, me pregunto cómo te sentirías si tú fueras un turista en vez de un miembro de Scarecrow, créeme yo sería la primera en tratarte como un objetivo.

ScarecrowWhere stories live. Discover now