Capítulo 3

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CAPÍTULO 3

LA TORMENTA

La pesadilla recurrente de ver a mi hermano muriendo pesa tanto en mi mente que me obliga a despertarme una noche más, veo el reloj y noto que son las 3 de la mañana, la ansiedad de no poder dormir me inunda el cuerpo por completo cuando noto a través de la ventana la lluvia cayendo.

Es curioso ver como a Kai le da tanto miedo la lluvia, uno pensaría que por ser un perro del Distrito 4 sería un amante del agua pero no es así, probablemente tenga que ver con la forma en la que llego aquí, sea como sea es curioso verlo esconderse bajo el sofá o mi cama cuando comienza la lluvia. Se ha vuelto ya una tradición el que Kai duerma a los pies de mi cama, pero hoy esta tan pegado a mí que me resulta difícil moverme y sé que es porque está diluviando afuera.

La lluvia azota con fuerza en la costa, la miro a través de mi ventana y siento una necesidad de lavar mis penas en ella.

Compruebo que Peeta sigue dormido y salgo a hurtadillas de la casa, Kai se queda dentro de la casa observándome a través de la puerta abierta de la cocina.

Al salir no puedo evitar suspirar sintiendo como el olor a sal y lluvia recorre mi interior, la paz que se siente al momento en que la fría lluvia toca mi piel es genuina, lentamente puedo sentir como cada gota comienza apagar la ansiedad que corre por mi cuerpo. Al llegar a la orilla y sentir el mar, cierro los ojos dejándome llevar por el agua que cae a chorros por todo mi cuerpo.

En un segundo me transporto a otro tiempo en el cual escucho a lo lejos a mi hermano tocado el acordeón y mi padre el piano, puedo sentir como mi cuerpo se mueve, estoy otra vez con ellos bailando frente a la fogata mientras mi madre canta, soy feliz, porque estoy completa otra vez. Puedo sentir como mi pijama vuela en círculos cada que giro, aunque lo hace con dificultad por el agua, mis brazos son libres, mis pies son ligeros, las lagrimas son inevitables al recordar el calor que me daba mi familia, recordando cada parte de ellos, siento como mis lágrimas se unen con la lluvia y son consoladas por ella.

Mis ojos están cerrados, escucho perfectamente no solo la melodía que toca mi padre sino también el reventar de las olas, de pronto choco con algo y cuando abro los ojos Kai está conmigo corriendo de un lado a otro, tal vez observarme lo motivó o quiza quiere unirse a mi, no lo sé, lo único que sé es que amo tenerlo aquí, siendo mi compañero y compañía en la lluvia así que me pongo a bailar con él.

Las tormentas cada vez son más fuertes por las noches y yo cada vez duermo menos, no sé si es porque temo dormir y soñar con mi familia o simplemente es un pretexto para salir a bailar en la lluvia mientras todo el mundo duerme y yo me sumerjo en el mundo de los recuerdos.

Salgo de la casa nuevamente a hurtadillas como lo he hecho las ultimas noches junto con Kai, al llegar a la orilla del mar comenzamos a bailar mientras yo tarareo y me siento una con el agua, pero este día es diferente, en mi pecho puedo sentir un nudo creciente que me oprime todo el interior, la soledad me atrapa y me envuelve la tristeza me cubre por completo porque la añoranza de mi familia y mi antiguo hogar es demasiada, siento que jamás estaré completa otra vez, entonces la lluvia se detiene, justo cuando empieza a salir el sol dejo de bailar y le doy la espalda al mar preparándome para volver a la casa pero no puedo, miro ese hogar en el cual una vez fui feliz, el cual estuvo habitado por mis padres y mis pies simplemente no se mueven, no puedo volver, no quiero volver, lo que quiero es irme de aquí a un lugar donde sea mi hogar, un lugar que realmente me reconforte, así que corro hacia el mar con todas mis fuerzas, en cuanto siento la sal del agua tocar mi piel, y observo la profundidad de este, siento que llegue a mi hogar, nado por entre las alocadas olas y siento paz, hasta que ya no puedo contener más la respiración, salgo a la superficie a tomar aire, doy un salto y me vuelvo a sumergir, giro, nado, me siento como uno de los peces que veo, esta sensación me reconforta tanto, es como si el agua me abrazara, como si estuviera en un mundo donde el dolor no existe y la soledad es solo un mito para mí. Después de un rato de estar bajo el agua y solo salir a tomar aire, decido que debo volver, cuando salgo del mar puedo notar que Peeta esta en la orilla del mar junto con Kai.

Un amor inesperadoWhere stories live. Discover now