Capítulo 7: Si él fuera...

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Si él fuera padre:

Aunque Daniel Valencia había demostrado poca o ninguna disposición a formar una familia y ser padre, la posibilidad de que eso sucediera no era del todo imposible. Si por algún motivo se hubiera tenido la oportunidad de mantener el guión original, es decir, la boda con Beatriz Pinzón, la relación podría haber dado como resultado el nacimiento de un varón.

Si él hubiera sido padre, seguramente hubiera demostrado una presencia sólida y estable, imitando en cierta forma el carácter de su propio padre. Sin embargo, en su papel, le enseñaría a su hijo a ser un varón educado y respetuoso, sin necesidad de imitar el estereotipo de ser como todos, sino a ser como él mismo. Le permitiría experimentar, errar, aprender por sí mismo, ya que el verdadero crecimiento se hace por sí solo. Sin embargo, estaría a su lado siempre que lo necesitara, le daría consejos, pero nunca sería una fuente de presión ni de expectativas excesivas, ya que toda persona debe tener el derecho a ser como quiera ser, con tal de no dañar a nadie.

En caso contrario, el escenario hipotético de tener una hija, Daniel vería claramente un papel en el que él podría ser una figura protectora y firme, pero también una influencia clara en su hija para convertirla en una señorita. Buscaría darle la mejor atención y cuidados para evitar verla destruida.

Si él fuera tio:

Si Marcela o Maria Beatriz hubieran tenido un hijo, Daniel seguramente no habría sido el típico tío omnipresente en la vida de su sobrino. Sin embargo, tampoco habría sido un tío ausente, sino una persona madura y responsable, dispuesta a encontrar un hueco en su agenda apretada para pasearse, ir de alguna manera en sus cumpleaños o simplemente visitarlo para molestarlo y sacarle alguna que otras risas.

Si él fuera primo:

Aunque los hermanos Valencia tenían primos, nunca se esforzaron en visitarlos o conocerlos de manera regular. Sin embargo, si Daniel hubiera sido un primo presente, su relación con ellos hubiera sido diferente. Es decir, los trataría como hermanos, pero también como amigos de los que constantemente buscaría reírse.

Si él fuera novio:

Sobre su carácter como novio, hay que decir que tendría todas las cualidades que busca una mujer en un hombre. Aunque, como humano, tendría tanto virtudes como defectos. Por ejemplo, si alguna mujer lo hubiera conquistado, Daniel sería el primero en tomar la iniciativa de llevar la relación adelante. Pero, si por alguna razón se viera en la posibilidad de formalizar su vínculo, necesitaría una confirmación de parte de su pareja, pues tal vez su soledad durante años no le habría acostumbrado a esa clase de circunstancias.

Es decir, la mujer tiene la obligación de sugerirle que sean novios oficiales. Si por algún motivo la mujer no lo hace, él inconscientemente tomaría esa falta de acción como un rechazo y rápidamente huiría de dicha relación.

Si él fuera celoso:

Una cualidad de Daniel, es la ausencia de desconfianza en su pareja, sin embargo, no sería inmune a los celos que la pasividad de tantos años en soledad le traería. Por lo tanto, aunque careciera de celos, una vez consiguiera una relación verdadera, los celos llegarían, pero también el entendimiento y la comprensión necesarios para afrontar la desconfianza y resolver esas inseguridades juntos.

Pero el sentido de posesión y de rivalidad en Daniel serían adversidades para el proceso de comprensión y entendimiento de su relación, y estas dificultades podrían generar momentos conflictivos en su pareja. Es decir que, pese a no ser un hombre de crear escándalos o agrandar sus celos en público, él sí es un hombre competitivo y al ver un rival, actuaría inmediatamente de forma hostil tanto con la persona como con su pareja.

Pero también en mejores casos, lo resolvería, pero en privado y de una manera más a lo suyo. El sexo posesivo que le nacería por instinto, de intentar recordarle a su mujer con cada beso que era suya y de nadie más.

En pocas palabras, es celoso pero en privado. Sabe ocultar su molestia de manera profesional, como también lograr calmarse inmediatamente sin necesidad de crear un escándalo.

Si él fuera psicólogo:

En caso de que Daniel tuviera el pensamiento de estudiar psicología... Yo no sería su paciente ni de chiste. No tengo nada más que decir. Benditos sean Beatriz y Armando que el autor de tan magnífica novela no lo hiciera estudiarlo.

Pero, si por algún motivo, tuviera como pasatiempo ser un psicólogo, sería un psicólogo que cobraría caro. Esto se debería a que implicaría dar tiempo, paciencia y atención, cosas que son muy difíciles de regalarle a cualquier persona. No sería comprensivo, sino hostil de manera muy profesional, al punto de que una persona en su vida jamas quisiera volver a tener otra cita con él.

Para ello, es mejor quedar como su enemigo que como paciente. Sale gratis y con menos traumas.

Muy bien, les agradezco por llegar hasta aquí.
Me alegra pensar que, posiblemente, se entretuvieron leyendo este libro como yo al escribirlo.

Debo confesar que me entretuve viendo varios capítulos de la novelas intentando buscar imágenes, o información para aumentar la calidad de la historia. Y como dicen, la calidad me persiguió pero yo fui más rápido.

Nos vemos pronto.
R_S

Psicológicamente tú | Daniel ValenciaWhere stories live. Discover now