《7》

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___¿Qué vamos a hacer con esta escultural mujer, ahora? ___pregunta Dell, abrochándose los pantalones. Renn ya se los había abrochado.

Yo estoy con el paladar inundado del sabor de ambos, ya me había puesto sobre mis pies de nuevo. Debo encontrarme un tanto desconcertada, lo único que debería esperar es que cumplan con su promesa de dejarme ir con mi dinero del pasaje.

Aunque por la pregunta que escuché hacer a Dell eso está bastante difícil de creer.

___Ten, dinero es lo último que nos ha complacido tener actualmente ___dice Renn, metiendo los billetes de nuevo en los bolsillos de mi kimono.

___¿Qué vamos a hacer con su escultural feminidad, ahora? ___vuelve a preguntar Dell.

___Podríamos explotar ese don de sutileza y feminidad que tanto posee, ocuparlo para nuestra conveniencia ___dice Renn.

___El sadismo nunca nos ha sido una opción amena ___espeta Dell.

___El sadismo es exquisito solo algunas veces, por ejemplo: cuando la presa no está competentemente de acuerdo a ser sometida.

___O cuando se encuentra de acuerdo y particularmente finge no estarlo.

___Habían hecho el trato de que me dejarían ir ___les digo con tonalidad protestante, e irrumpiéndolos en su charla sobre masoquismo.

___Creo que nos habéis entendido mal ___salta Rann___. Entendimos que nos has preguntado qué era lo que queríamos a cambio de tu dinero, no a cambio de dejarte ir.

___Me habéis tomado del pelo. ___les digo

___Lo has hecho tú misma, pequeña criatura ___contradice Dell, soltando una risa maliciosa.

Considero por un momento patearles sus entrepiernas y correr rápido. Aunque, en cualquier momento se podrían recuperar del golpe y levantarse para perseguirme. No puedo imaginarme a esos hombres tan refinados corriendo detrás de mí. Así que, exactamente: la idea de patearlos es certeramente pésima.

Debo seguir en la escena y ver que mi única ruta de escape es resignarme y aceptar lo que venga de ellos.

Se posan a mis cotados y juguetean un poco, con sus lenguas, una de mis orejas. Me causan escalofríos. La saliva que dejan sobre mi piel es absorbida con agilidad, es como esa agua con la que nunca pude bañarme.

Está terminantemente prohibido sentir ese tipo de deseo. Sí. Pero, el hecho de que esté prohibido no quiere decir que no pueda atreverme a tener la rebeldía suficiente como para sentirlo.

___Llevémosla junto a nosotros ___propone Rann, cerca de mi oreja.

Su rígida voz es captada muy de cerca por mi oído y siento que rebota en las paredes de mi cráneo. Dejan de lamerme las orejas para encontrar sus cabezas entre sí. Aun no puedo identificarlos físicamente, el entorno sigue oscuro.

Asiente lentamente, y casi al mismo tiempo, luego sacan cuerdas de un costal que tienen en el suelo. También sacan otro costal grande en donde yo puedo caber amarrada de pies y manos.

Y esa es la forma en la que me llevan. Antes de subirme a la cabina de una camioneta lujosa que llega a traernos, dejan un pequeño agujero en el costal en el que me introdujeron, el agujero está ahí para que entre oxígeno suficiente y no muera ahogada.

Pienso en tirarme de la camioneta en movimiento y huir, pero ¿Cómo iba a hacerlo si estaba atada de pies y de manos? Me resigno por unos instantes y hasta cierta parte del camino mi aliento se debilita.

Es entonces cuando recuerdo que tengo una pulsera de plata fina en una de mis muñecas, de esta cuelga una pieza pequeña con el filo suficiente como para cortar el cordón con el que han amarrado mis manos.

Debo sentir adrenalina, experimentarla tal y como me lo había propuesto, así que corto el mecate con la pieza filosa de mi pulsera, a pesar de que tal cosa me llevase largos minutos y me generase cansancio hasta sudar.

Con mis manos sueltas me es menos difícil soltar el amarre de mis pies. A continuación, salgo del costal. La brisa fresca de la noche me acaricia el rostro. Esa sensación tan agradable es inigualable.

La camioneta sigue en movimiento, vamos cerca de unos enormes cerros, a los costados solo se ve vegetación y una inmensa oscuridad. Es fácil fingir no saber hacia dónde se dirigen.

Sigilosamente y sin que ellos me puedan ver por el retrovisor camino hacia el borde la camioneta, me apoyo sobre este, y me ubico en posición firme, tengo que estar preparada para lanzarme.

Puedo escucharlos adentro de la camioneta, al que va manejando, y a los otros dos: Dell y Renn. Estan discutiendo sobre un evento sagrado que los tres tienen preparado desde hacía ya unas semanas.

No les presto tanta atención y me concentro en lo que debo: en lanzarme al pavimento con la camioneta en movimiento para "huir de ellos". Mentalmente cuento 3, 2, 1 y en el mismo instante en el que me voy a tirar, la camioneta se detiene de un frenazo. Me han descubierto.

Me quedo inmóvil hasta que veo a Dell y a Renn salir de la camioneta para rodear la cabina, sus pasos son sigilosos, apenas pueden escucharse. Se posan frente a mí y sus cabezas se encuentran con la mía. La noche sigue impidiéndome que los conozca físicamente.

___El poder es tan controlador que termina haciendo de algún modo que, las personas que lo posean, abusen de los indefensos. ___Dell recita en un tono melodioso y a la misma vez frío.

¿Son poderosos? Claro está. En este juego yo soy la indefensa, la que está escasa de recursos.

Nunca se me pasó por la cabeza lo que tramarían hacer conmigo después de haberme descubierto intentado huir de sus garras. Debo admitir que en ese momento empecé a sentir lo que en realidad era el miedo.

***

Nota de autor:
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¿Qué les ha parecido el capítulo? ¿Qué pasará en el siguiente? Recuerden: actualizo seguido. Busquen mis redes en mi biografía de wattpad. Tenemos un grupo en Facebook para subir secretos de mis libros y memes.

Bye


Perversa Filosofía [Un Relato Retorcido] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora