.☆IN MY DREAMS☆. Sonic movie/Shadonic

~CAPITULO 41~

Tom y Maddie se encontraban realmente ansiosos.

Seamos honestos, la curiosidad los mataba por dentro, querían saber que decía la carta de Shadow. Deseaban abrir la carta que tenían en frente y aunque el azabache les dijo que podían abrirla un sábado, no querían parecer tan apresurados en su decisión.

Sin embargo nadie se resiste tanto tiempo a la tentación de ese tipo y menos cuando parece tan importante.

—Ya no aguanto...— suspiro Maddie abriendo el sobre que le costo tanto no abrir.

—Si tu lo dices— entre risitas ambos abrieron la carta y comenzaron a leer.

Primero fue Maddie.

De: Shadow
Para: Maddie

"En algún punto de mi vida deseaba con todo lo que quedaba de mi ser, tener la oportunidad de acariciar un conejo, o de sentir algo suave.

Siempre a lo largo del tiempo, pensaba en éso a menudo, era una manera de escape a la constante tortura que aparecía continuamente en mi vida cotidiana, algo como una añoranza que tenía en lo último de alegría que quedaba en mi ser.

Sin embargo a pesar de las falsas esperanzas que mi mente me jugaba, yo tenía bien en claro que jamás alcanzaría ni a sentir algo suave, ni a serlo en algún futuro, no sé si era una duda solo mía o una realidad cruel.

Fue entonces cuando salí de allí, cuando ví y sentí las probabilidades tan inalcanzables de lo que era capaz de lograr, del tiempo que podía invertir en ser algo mejor y sobre todo.

De sentirme amado por completo, de sentir que se preocupan por mi, que valgo.

A todo esto, me Preguntó:

¿Como lo haces?

¿Cómo eres capaz de dar tanta calidez?
Para hacerme sentir tan amado y protegido que puedo olvidar por momentos mi pasado o mi cruda realidad.

No entenderé eso nunca, o bueno, quizás en algún momento logre analizarlo mejor.

Sin embargo puedo decir que el tiempo ya no me alcanza en lo más mínimo y mi tiempo de volver a lo que alguna vez fué mi primera pesadilla es más pronto de lo que pensé.

Podría decirte lo mucho que me duele el saber que volveré a sufrir probablemente hasta que muera (si eso es posible) pero te admito que el dolor no sería tanto, o al menos no para mí, el creer que tu y los demás no están seguros, sería la peor condena para mí.

Por lo que, no sé si en un acto de amor propio o en el afán de amarlos a cada uno de ustedes es por el que me entrego voluntariamente al estado.

...

Perdón por no decirte, perdón por no comentar que en algún momento mis manos se llenaron de sangre, tanto mía como de personas de las que aún no se él nombre y probablemente tuvieron una familia como la que yo tuve momentáneamente.

Sin embargo hasta ahora me duele pensar que estás triste por la deshonra de alguien que no es tu hijo, pero amaste como tal. No quería decirte la verdad, no quería tener que verte llorar o verte decepcionada de mi, por eso prefiero escribir la carta a decírtelo en persona, sonará cobarde, pero prefiero quedarme con tu última sonrisa hacia mí, que con tu último llanto.