La emperatriz Bai Yueguang ha caído en desgracia.

CAPÍTULO 42

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Ji Ke estaba atontado durante su enfermedad y tenía sueños recurrentes, como si hubiera caminado por un largo pasillo solo con él mismo.

El corredor está envuelto en nubes y niebla, y a unos pocos pasos se siente como un vacío o un abismo, como si fueras a entrar en otro mundo tan pronto como entres en él.

Dudó un poco.

Había una fuerza desconocida empujándolo detrás de él.

Caminó aturdido y el largo pasillo se extendió. Después de caminar durante mucho tiempo, cuando pensó que se perdería así para siempre, finalmente escuchó una voz familiar:

Su propia voz.

Sorprendido, aceleró el paso y el vacío y el abismo se extendieron frente a él, revelando su palacio, el Salón Mingwei.

Él era exactamente igual, apoyado débilmente en la cama del dragón, agitando las manos para ordenar a los sirvientes que se fueran, pero dejando solo a Xiao He.

Xiao He, que ya había caminado una cierta distancia, quedó un poco aturdido, se volvió de lado y dijo que sí, pero su rostro era reacio.

En ese momento, su mente estaba en otra parte y su vista estaba bloqueada, por lo que no notó la expresión de Xiao He. Ahora, mirando en su sueño, podía verlo claramente.

Así como una sirvienta sigue a su amo, esta doncella también debe odiarse a sí misma.

Eso fue hace tres años y medio. Ideó un plan para casar a Jiang Shou y Xie Ning, y atraer a Jiang Xuan de regreso. Sin embargo, no solo no lo logró, sino que también fue engañado por Jiang Xuan y otros.

"Ji Ke, nunca me has gustado, por favor ríndete".

En el camino de la montaña a altas horas de la noche, Jiang Xuan gritó suave y felizmente. En ese momento, no había ira, ni resentimiento, ni arrepentimiento, ni ira en su corazón.

Nada en absoluto.

Él sólo quiere morir.

Había un acantilado delante de él y pensó que si moría, nunca volvería a recordar esas palabras.

Pero él no murió.

Ni su caballo ni sus guardias querían que muriera, sin embargo, le salvaron la vida, pero no pudieron salvar su corazón.

Su corazón quedó destrozado, cayó al suelo, enfermó gravemente y no ha mejorado desde su recuperación.

Mirando a su alrededor, el dormitorio del Emperador es hermoso y ostentoso, el año pasado ha logrado algo que es difícil para otros hacer, pero aparte de este asiento que en el fondo no anhela, ¿qué más tiene?.

¿Estuvo mal desde el principio?.

¿Es necesario continuar?.

"¿Crees que yo, el Emperador, soy un inútil?", preguntó finalmente.

Después de un tiempo, Xiao He, que había estado de pie durante mucho tiempo e incluso estaba un poco distraída, se dio cuenta de que esta pregunta era para ella.

Pero, ¿dónde está esto que el emperador debería preguntarle a la doncella del palacio?

Algo anda mal con el Emperador y, como no alcanzó a la Emperatriz, las cosas se ponen cada vez más mal.

El médico imperial dijo claramente que su enfermedad no era grave, pero aún así no se recuperó durante tanto tiempo.

El médico imperial no miente, entonces el propio Emperador... ¿no quiere mejorar?